El ingeniero José Ruiz de la Herrán (1925-2022) era un personaje muy querido, respetado por sus colegas y por todos aquellos que tuvieron la oportunidad de escucharlo o de intercambiar ideas con él dentro de las instalaciones de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
Fue un tecnólogo (como él se definía), siempre generoso para compartir sus conocimientos con los demás.
Este incansable divulgador de la ciencia falleció este lunes 5 de septiembre a los 96 años de edad.
Para nuestro país, no sólo fue un impulsor de las nuevas generaciones de divulgadores, sino que también fue pionero en la puesta en marcha de medios de comunicación como la radio y la televisión en México.
Su trabajo estuvo ligado a la construcción de la XEQ-FM (primera radiodifusora de frecuencia modulada en México) y de los estudios de XEW Televisión Canal 2. También estuvo a cargo de la planeación del sistema de televisión por cable en la Ciudad de México.
De la Herrán nació en la Ciudad de México en 1925; era ingeniero mecánico electricista por la UNAM, con especialidad en radio y televisión, ingeniería óptica y fabricación de aceros especiales.
La astronomía fue una de sus grandes pasiones. Durante toda su vida juntó una amplia colección de distintos aparatos como telescopios, radios y cámaras de cine; donó varios de estos al Museo de las Ciencias, Universum.
A inicios de la década de los setenta se integró a la UNAM, la cual por muchos años se convertiría en su casa académica; corría el año de 1970 cuando ingresó al Instituto de Astronomía, en donde diseñó y coordinó la construcción del telescopio de 2.12 m que se instaló en el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, que al inaugurarse, en 1979, colocó a México en el ámbito internacional astronómico; asimismo participó en el diseño y creación de otros instrumentos astronómicos.
Fue fundador y presidente de la Sociedad Mexicana de la Divulgación de la Ciencia y de la Técnica (Somedicyt) , y en 1983 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias en el área de Tecnología, Innovación y Diseño.
En la década de los noventa se desempeñó como diputado federal en la LV Legislatura, donde encabezó la Comisión de Cultura, desde este lugar impulsó una ley que protege a los meteoritos y aerolitos como patrimonio nacional.
Un divulgador de excelencia
La labor como divulgador de la ciencia del ingeniero De la Herrán estuvo siempre enfocada en interesar y acercar el conocimiento tecnológico a diversos sectores de la sociedad; lo hacía impartiendo diversos talleres y conferencias, además, participó en publicaciones como la revista Información Científica y Tecnológica, del Conacyt, de la cual fue su director.
En 1980 se integró al Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia, de donde surgiría el Museo de las Ciencias, Universum. El ingeniero De la Herrán participó en su concepción y durante muchos años colaboró en distintos aspectos, como en el diseño del equipamiento, además de tallerista, conferencista y asesor de distintas exposiciones.
Participó como asesor de la exposición permanente en la estación del Metro La Raza de la Ciudad de México, el “Túnel de la Ciencia”.
Por toda su labor, en 2005 recibió el Premio Universidad Nacional en el área de creación artística y extensión de la cultura. Asimismo, desde ese año se le otorgó la categoría de Investigador Nacional Emérito por la Comisión Dictaminadora del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT.
Fue miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, así como presidente Vitalicio de la Fundación Latinoamericana de Radio y Televisión, la Sociedad Astronómica de México, fundador de la Asociación Mexicana de Astrobiología y presidente de la Asociación Mexicana de Periodismo Científico.
Trascendió como autor de libros: Construya usted su propio telescopio, Mosaico astronómico, Fronteras de la astronomía, Astronomía básica, Los inventos; su más reciente obra fue una autobiografía titulada Soy un tecnólogo.
El ingeniero de la Herrán impartió más de 400 conferencias y recibió más de 200 reconocimientos. Desde 2007, el planetario del Museo de las Ciencias, Universum, lleva su nombre.