Este lunes, China lanzó con éxito el último módulo de su estación espacial en construcción “Tiangong”, que debe permitir que la estructura esté completamente operativa, como parte de su ambicioso programa en el Espacio.
El deseo de China de construir su propia Estación Espacial se nutrió en parte del rechazo de Estados Unidos a aceptar a personas de nacionalidad China en el programa de la Estación Espacial Internacional (EEI), una iniciativa conjunta entre Estados Unidos, Rusia, Canadá, Europa y Japón.
El módulo llamado Mengtian (“sueño de los cielos”) fue lanzado por un cohete LM 5B desde la isla tropical de Hainan (sur), según la televisión pública CCTV.
Las y los fotógrafos aficionados y apasionados del Espacio inmortalizaron el acontecimiento desde una playa cercana al centro de lanzamiento de Wenchang.
“El módulo experimental Mengtian ha entrado con precisión en la órbita predefinida. Declaro que este lanzamiento es un éxito absoluto”, indicó unos minutos más tarde a la televisión un responsable de la misión, Deng Hongqin.
Mengtian es el tercer y último elemento importante de la Estación Espacial “Tiangong” en forma de T.
“Tiangong” (“Palacio celeste”), de tamaño similar a la antigua estación ruso-soviética Mir, debería tener una vida útil de al menos 10 años.
También debe permitir que China mantenga una presencia humana a largo plazo en el Espacio.
Su montaje ha necesitado un total de 11 misiones. La última, este lunes, permitió el traslado de equipos científicos de última generación.
Retraso recuperado
“El primer reloj atómico frío también fue enviado al espacio”, celebró la agencia oficial de noticias Xinhua.
El dispositivo permitirá a largo plazo tener una medición del tiempo más precisa.
Desde junio, tres astronautas, entre ellos una mujer, están en la Estación Espacial China, para una misión de unos seis meses. Aunque China no prevé una cooperación internacional para su estación, Pekín aseguró que están abiertos a una colaboración extranjera.
El gigante asiático invierte desde hace varias décadas miles de millones de dólares en su programa espacial, lo que le ha permitido recuperar mayor parte de su retraso con respecto a los estadounidenses y a los rusos.
China envió a su primer astronauta al espacio en 2003. En 2019, colocó un dispositivo en la cara oculta de la Luna, algo inédito.
En 2020, el país trajo muestras de la Luna y terminó Beidou, su sistema de navegación por satélite -rival del GPS estadounidense-.
El año siguiente consiguió aterrizar un pequeño robot en Marte y, por si fuera poco, el gigante asiático prevé enviar misiones humanas a la Luna de aquí a 2030.