El planeta enano Haumea (localizado en el Cinturón de Kuiper) es uno de los objetos más raros conocidos en nuestro Sistema Solar. Tiene casi el mismo tamaño que Plutón y gira sobre su eje en tan solo cuatro horas. Con estas credenciales, los científicos siempre han querido saber cómo y por qué es que Haumea tiene estas cualidades.
La respuesta nos llega gracias a una simulación por computadora hecha por Jessica Noviello, científica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y un grupo de expertos.
Haumea tiene la forma de una pelota de fútbol americano desinflada debido al giro tan rápido que hace sobre su eje. Su superficie es en gran parte hielo de agua, al igual que una docena de otros planetas con órbitas similares a Haumea en el cinturón de Kuiper.
Otro dato curiosos es que Haumea gira alrededor del Sol en una órbita elíptica que tarda 284 años en completar, y su velocidad de rotación es de 3.9 horas, mucho más rápido que cualquier otro cuerpo de más de cien kilómetros de todo el Sistema Solar.
Steve Desch, astrofísico de la Universidad de Arizona, afirma que: “Explicar lo que sucedió a Haumea nos fuerza a poner límites temporales a todas las cosas que han sucedido cuando el Sistema Solar se estaba formando, con lo que se comienza a conectar todo alrededor del Sistema Solar”.
El estudio
Para comenzar el estudio, los investigadores ingresaron tres factores en sus modelos: el tamaño y la masa estimados de Haumea, y su jornada veloz de cuatro horas. Los modelos arrojaron una predicción refinada del tamaño del planeta, su densidad general y la densidad y el tamaño de su núcleo, entre otras características.
Noviello también introdujo esta información en ecuaciones matemáticas para calcular la cantidad de hielo en Haumea y su volumen. Además, calculó cómo se distribuye la masa de Haumea y cómo eso afecta su giro.
Con toda esa información disponible, los modelos buscaron simular la evolución del planeta para ver qué combinación de características de sus etapas más tempranas evolucionaría hasta convertirse en el planeta enano maduro actual.
Cuando las simulaciones arrojaron resultados que se parecían al Haumea actual, Noviello y sus colegas plantearon los siguientes resultados e hipótesis:
Haumea chocó con otro objeto cuando los planetas se estaban formando por primera vez y todo giraba alrededor del sistema solar.
Este impacto habría desprendido piezas, pero esas piezas no son la familia Haumea que vemos hoy, como han propuesto otros científicos. Un impacto tan poderoso habría derribado pedazos de Haumea en órbitas mucho más dispersas que las que tienen los miembros de su familia.
Cuando el material rocoso del planeta se asentaba en el centro, el hielo de menor densidad subía a la superficie. Cuando se concentra toda la masa hacia el eje, disminuye el momento de inercia, por lo que Haumea terminó girando incluso más rápido de lo que lo hace hoy.
Por otro lado, las rocas de Haumea generaron calor que derritió algo de hielo. Esto creó un océano debajo de la superficie (que ya no existe), según Marc Neveu, investigador de Goddard de la NASA.
Asimismo el agua empapó el material rocoso en Haumea e hizo que se hinchara hasta formar un gran núcleo hecho de arcilla.
El núcleo más grande aumentó el momento de inercia, lo cual ralentizó el giro de Haumea a su velocidad actual.
Así es como los científicos encontraron la posible respuesta a cómo es que Haumea consiguió la extraña forma por la que es conocido en el presente.
Haumea intriga a los astrónomos desde su descubrimiento en 2005. Las observaciones iniciales indicaron que debía medir casi 2.000 kilómetros en su lado más largo. Su forma oval desconcertó a los astrónomos, ya que los astros del tamaño de este planeta suelen ser esféricos. También extrañaron las dos pequeñas lunas que le acompañaban.