Todo lo relacionado con la inseminación y la gestación ha incorporado importantes innovaciones a lo largo de los últimos años. Sin embargo, nos encontramos ante personas que siguen sin poder tener descendencia de manera puramente natural. Ya sea por algún problema en el órgano reproductor de alguno de los miembros de la pareja, lo cierto es que, pese a acudir a profesionales en la materia, siguen sin poder disfrutar de esta experiencia. Ahora bien, ¿y si hubiese una fábrica de bebés? En el día de hoy te queremos presentar una disparatada y alocada idea.
¿Imaginas que una pareja acudiese a un centro y dispusiese sus correspondientes útero y espermatozoides con el objetivo de obtener una fecundación? Esto es algo común en el día de hoy, pero lo cierto es que esta variante incorpora alguna que otra diferenciación. En esta ocasión, el bebé crecería en una estructura que copiaría, dentro de lo que cabe, las características básicas de un útero. De hecho, el proceso de crecimiento se llevaría a cabo en una especie de tanque repleto de un tipo especial de líquido amniótico.
Veamos, por tanto, cuáles son las características principales del proyecto Ectolife, una idea que, por el momento, únicamente ha sido posible crearla a nivel de animación. Se trata de un proyecto que, de hecho, no es posible llevarlo a la práctica por limitaciones legales y, por supuesto, barreras directamente ligadas a la fisiología. Así sería el distópico concepto de fábrica de seres humanos con capacidad para crear, cada año, hasta un total de 30.000 individuos.
Ectolife, el proyecto para tener un bebé a distancia y sin los inconvenientes del embarazo
Ectolife es una fábrica de gestación de bebés que, bajo este concepto, tiene como principal ventaja permitir tener a un bebé a personas con alguna incapacidad para poder llevar un embarazo. El funcionamiento de esta tecnología es sencillo desde el punto de vista teórico. El líquido amniótico es un elemento esencial en el desarrollo del bebé. Del mismo modo, nos encontramos ante una innovación que tiene como elementos clave 2 tanques situados en el centro de cada estancia. El primero de ellos cuenta con una bomba específica para poder alimentar los bebés, aportándoles toda clase de nutrientes.
El segundo bidón está conectado con cada una de las incubadoras con el objetivo de obtener los desechos provenientes de cada feto. En su conjunto, nos encontramos ante un programa que, además, dispone de toda una serie de soluciones para crear un vínculo entre los padres y el bebé. Lo primero que llama la atención es la disposición de una conectividad entre los progenitores y el bebé que se encuentra en estas instalaciones. De esta forma, podrán hablarse en el momento que se desee.
De la misma manera, es posible disfrutar de experiencias de realidad virtual para poder ver al bebé en la misma estancia en la que te encuentras. De la misma manera, es posible 'tocar' al bebé gracias a un avanzado sistema basado en tecnología háptica. Se trata de una alternativa que, teóricamente, demuestra cómo nos encontramos ante un equipamiento diferencial en lo que se refiere a innovación. Ahora bien, ¿cómo podrán los trabajadores de esta especie de fábrica alternativa conocer el estado de salud de cada uno de los bebés en formación?
De acuerdo con la información de Superinnovators, cada una de las incubadoras futuristas posee una serie de sensores y detectores que se encargan de monitorear toda una serie de factores, tales como los latidos del corazón, la temperatura, la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la saturación de oxígeno. De esta manera, se podrá actuar rápidamente en consecuencia ante cualquier emergencia.