Un iceberg gigante de mil 550 kilómetros cuadrados, superficie que equivale a casi tres veces la ciudad de Madrid, se desprendió de la zona norte de la Antártida, comunica el Servicio Antártico Británico (BAS, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la entidad, el desprendimiento tuvo lugar en la plataforma de hielo flotante Brunt, base de la estación de investigación BAS Halley, que tiene un espesor de hasta 150 metros y se desplaza 2 kilómetros por año. La separación se originó tras la ruptura completa de la grieta Chasms-1.
Los glaciólogos del BAS aseguran que el evento es un proceso natural que se viene desarrollando a lo largo de los últimos años y que, actualmente, el área no se ve afectada.
Además, señalan que la estación ha estado desocupada durante los últimos seis inviernos debido a la “impredecible situación glaciológica“.
“Nuestros glaciólogos y personal operativo han anticipado este acontecimiento. Las mediciones de la plataforma de hielo se realizan varias veces al día utilizando una red automatizada de instrumentos GPS de alta precisión que rodean la estación”, asevera el director del BAS, Dame Jane Francis, al fundamentar que los instrumentos miden cómo se deforma y mueve la plataforma flotante.
Por su parte, Dominic Hodgson, glaciólogo del BAS, al explicar que la ruptura se esperaba y que es un comportamiento natural de la plataforma de hielo Brunt.
"No está relacionado con el cambio climático. Nuestro equipo de científicos y operativos continúan monitoreando la plataforma de hielo en tiempo real para garantizar su seguridad y para mantener la actividad científica que llevamos a cabo en Halley", indicó.
Cuando un gran iceberg se desprende de una plataforma de hielo, el hielo perdido se reemplaza en el transcurso de años o décadas. Solo cuando el ritmo del desprendimiento de los glaciares se acelera significativamente durante un período prolongado de tiempo, se considera que el sistema está en retirada.