Euclid, el telescopio espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) dedicado a estudiar el universo oscuro, ha alcanzado un hito significativo al captar sus primeras imágenes de prueba. Este telescopio, compuesto por dos instrumentos científicos clave, una cámara de longitud de onda visible (VIS) y un espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano (NISP), fue lanzado al espacio desde Cabo Cañaveral el 1 de julio y actualmente se encuentra en la fase de testeo.
Las imágenes iniciales obtenidas por el VIS y el NISP han demostrado que ambos instrumentos funcionan correctamente y muestran resultados fascinantes. En las imágenes se han observado diversas características astronómicas, como galaxias espirales y elípticas, estrellas cercanas y lejanas, así como cúmulos estelares.
La cámara VIS se encargará de tomar imágenes supernítidas de miles de millones de galaxias para medir sus formas. Algunas de estas galaxias son fácilmente detectables, mientras que otras aparecen como manchas borrosas ocultas entre las estrellas, listas para ser reveladas por Euclid en el futuro.
Sin embargo, el equipo de Euclid enfrentó un desafío al encender el instrumento por primera vez. Detectaron un patrón inesperado de luz que contaminaba las imágenes, pero tras investigaciones posteriores, se descubrió que parte de la luz solar se colaba en la nave a través de un pequeño hueco. Afortunadamente, al girar Euclid, el equipo identificó ángulos específicos para evitar esta luz no deseada y garantizar el cumplimiento de la misión del VIS.
Por su parte, el espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano (NISP) tiene una doble función: obtener imágenes de las galaxias en luz infrarroja y medir la cantidad de luz que emiten en varias longitudes de onda. Esta capacidad permite calcular directamente la distancia a cada galaxia.
Al combinar la información sobre la distancia y la forma de las galaxias medida por el VIS, los científicos podrán mapear la distribución de estas estructuras y cómo cambia con el tiempo. El objetivo final de este ambicioso proyecto es crear un mapa tridimensional del cielo nunca antes visto, lo que proporcionará valiosos datos sobre la misteriosa materia oscura y la energía oscura, factores fundamentales que influyen en la expansión del universo.
Aunque estas imágenes son solo pruebas y aún no se han procesado por completo, ya ofrecen emocionantes vislumbres del potencial que tiene Euclid. Los artefactos no deseados, como los rayos cósmicos, son visibles en algunas de las imágenes, pero se espera que estos problemas se resuelvan con el tiempo y la calibración adecuada.
El director del proyecto, Giuseppe Racca, expresa su emoción y estimulación después de más de 11 años de diseño y desarrollo de Euclid, destacando que solo estamos viendo unas pocas galaxias con un ajuste mínimo del sistema.
En última instancia, Euclid, una vez totalmente calibrado, llevará a cabo observaciones de miles de millones de galaxias, permitiendo la creación del mapa tridimensional más grande y detallado del cielo jamás realizado, un logro sin precedentes en la exploración del cosmos.