La NASA ha logrado restablecer el contacto total con la lejana sonda espacial Voyager 2 mediante un ingenioso método llamado "grito interestelar", que ajustó la orientación de su antena. Esta nave fue lanzada en 1977 con el propósito de explorar los planetas exteriores y ser un faro representativo de la humanidad en el Universo. Actualmente, se encuentra a más de 19 mil 900 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, en una región mucho más allá del Sistema Solar.
El contacto se perdió debido a una desviación accidental de la antena, provocada por una serie de comandos enviados el 21 de julio. Esto afectó su capacidad para transmitir y recibir señales desde la Tierra, lo que puso en riesgo su misión. Inicialmente, se esperaba que la situación se resolviera en octubre, durante una maniobra automatizada de realineación programada para la Voyager 2.
Sin embargo, los ingenieros recibieron asistencia clave el martes pasado de múltiples observatorios terrestres que forman parte de la Red de Espacio Profundo (DSN). Mediante la detección de una onda portadora o "latido" de la sonda, se logró un gran avance. Aunque la señal era débil y no se podían leer los datos que transportaba, esto abrió la puerta para la recuperación del contacto.
El Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA (JPL), responsable de construir y operar la sonda, reportó con entusiasmo el éxito de un esfuerzo a largo plazo para enviar instrucciones que corrigieran la orientación de la nave. La clave fue enviar el equivalente a un "grito interestelar" desde las instalaciones de la Red de Espacio Profundo en Canberra, Australia. Esto fue un desafío porque el tiempo de luz unidireccional necesario para que las instrucciones llegaran a la Voyager fue de 18.5 horas, y los controladores de la misión tuvieron que esperar 37 horas para confirmar si la orden había funcionado.
Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager, explicó que la Red de Espacio Profundo utilizó el transmisor de mayor potencia y programó el envío de la orden durante las mejores condiciones de la señal de seguimiento de la antena, maximizando así la posibilidad de que la nave recibiera las instrucciones con éxito.
Este logro es un testimonio del ingenio y la dedicación del equipo de la NASA, y la Voyager 2 continúa su valiosa misión más allá de lo conocido, llevando nuestra presencia humana más allá de los límites del Sistema Solar.