En un momento que marcó el curso de la astronomía moderna, hoy conmemoramos 17 años desde que la Unión Astronómica Internacional (IAU) introdujo su definición de planeta revisada en 2006, cambiando el estatus de Plutón y desencadenando una intensa discusión científica.
El 24 de agosto de 2006, la IAU unificó su veredicto en medio de deliberaciones y propuestas variadas, recalificando a Plutón como un "planeta enano".
La Unión Astronómica Internacional define planeta enano como un cuerpo celeste que cumple las siguientes condiciones: (a) orbita alrededor del Sol, (b) posee suficiente masa como para que su propia gravedad domine las fuerzas presentes como cuerpo rígido, lo que implica una forma aproximadamente redondeada determinada por el equilibrio hidrostático, (c) no ha limpiado su órbita de otros objetos, (d) no es un satélite de un planeta.
Este anuncio revocó su antiguo reconocimiento como el noveno miembro del sistema solar y desató un nuevo capítulo en la comprensión de la cosmología.
El camino de Plutón hacia su reclasificación fue complejo. Descubierto en 1930 por el astrónomo estadounidense Clyde William Tombaugh, este pequeño cuerpo celeste fue considerado inicialmente el noveno planeta del sistema solar.
Sin embargo, su estatus siempre suscitó debates y controversias entre los astrónomos, con teorías divergentes que sugerían que Plutón podría haber sido un satélite de Neptuno en algún momento. Aunque estas ideas se desacreditaron en la década de 1970, la identidad de Plutón seguía siendo un enigma.
La resolución final, propuesta por el astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi en la Asamblea General de la IAU en Praga, se basó en tres condiciones cruciales. Primero, el objeto debe orbitar alrededor del Sol. En segundo lugar, debe tener la masa suficiente para que su gravedad le permita adoptar una forma esférica. Por último, debe haber "limpiado" su órbita de otros objetos significativos.
Plutón fracasó en el tercer criterio, ya que su órbita no estaba completamente despejada. Con solo el 0.07% de la masa de los otros objetos en su órbita, carecía del dominio gravitacional necesario. Por comparación, la Tierra supera en 1.7 millones de veces la masa de los cuerpos en su órbita.
A pesar de la resolución de la IAU y su respaldo a la clasificación de Plutón como planeta enano, algunos científicos han continuado cuestionando el estándar adoptado en 2006. Argumentan que esta definición carece de apoyo sólido en la literatura científica y que puede no ser la solución definitiva para la clasificación de cuerpos celestes.
Hoy, mientras reflexionamos sobre el cambio de estatus de Plutón, recordamos cómo esta redefinición no solo remodeló nuestro sistema solar, sino también cómo el progreso científico a menudo se cimenta en debates apasionados y evolutivos que caracterizan el proceso de explorar y comprender el cosmos.