Un emocionante avance en la astronomía ha sido logrado por un grupo de investigadores que operan el telescopio VLT del Observatorio Austral Europeo (ESO).
Situado en el norte de Chile, este equipo de científicos ha conseguido una hazaña notable: observar, por primera vez desde nuestro planeta, una enigmática mancha oscura en Neptuno, junto con un punto brillante de menor tamaño. Los resultados de este estudio, que promete arrojar luz sobre un enigma celestial, fueron publicados hoy en la revista Nature Astronomy.
Esto marca la primera ocasión en que se logra observar una mancha oscura en un planeta utilizando un telescopio terrestre. La comunidad astronómica se ha mantenido perpleja ante estos fenómenos esporádicos que surgen en el fondo azul de la atmósfera neptuniana, y los nuevos hallazgos ofrecen pistas sustanciales acerca de su origen y naturaleza, según detalla un comunicado emitido por el ESO.
Aunque las grandes manchas son comunes en las atmósferas de los gigantes gaseosos, como la famosa Gran Mancha Roja en Júpiter, estas manchas oscuras en Neptuno han eludido en gran medida la observación detallada. La primera de estas manchas fue detectada en 1989 gracias a la sonda Voyager 2 de la NASA. Sin embargo, dicha mancha desapareció en los años posteriores, dejando a los científicos con preguntas sin respuesta.
Patrick Irwin, un destacado profesor de la Universidad de Oxford en el Reino Unido y líder del estudio, ha compartido su larga curiosidad acerca de estos evasivos fenómenos oscuros de corta duración. En colaboración con su equipo, Irwin utilizó los datos recopilados por el VLT de ESO para descartar la posibilidad de que estas manchas oscuras fueran simples "claros" en las nubes.
Las investigaciones más recientes sugieren que estas manchas oscuras podrían originarse debido a partículas de aire que se oscurecen al mezclarse con hielos y nubes en la atmósfera neptuniana. Estas manchas, al parecer, se encuentran en una capa ubicada por debajo de la capa principal de neblina visible en Neptuno.
Esta revelación no fue sencilla de alcanzar, ya que las manchas oscuras son fenómenos transitorios en la atmósfera del planeta azul y nunca antes habían sido estudiadas con tanto detalle. El Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA desempeñó un papel crucial al descubrir varias de estas manchas oscuras en los cielos neptunianos, incluida una en el hemisferio norte detectada por primera vez en 2018. Esto brindó la oportunidad perfecta para que Irwin y su equipo llevaran a cabo estas desafiantes observaciones desde tierra, utilizando instrumentación especializada.
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Los científicos utilizaron el Multi Unit Spectroscopic Explorer (MUSE), del VLT, y así pudieron dividir la luz solar reflejada por Neptuno y su mancha en sus colores o longitudes de onda, y obtener un espectro 3D.
De este modo les fue posible estudiar la mancha con más detalle, algo que no se había hecho hasta el momento.
Dado que diferentes longitudes de onda ofrecen información sobre distintas profundidades en la atmósfera de Neptuno, tener un espectro permitió al equipo determinar mejor la altura a la que se encuentra la mancha oscura en la atmósfera del planeta. El espectro también proporcionó información sobre la composición química de las diferentes capas de la atmósfera, lo cual dio pistas sobre por qué la mancha parecía oscura.
Hubo además un resultado sorpresa. “En el proceso descubrimos un raro tipo de nube brillante profunda que nunca antes se había identificado, incluso desde el espacio”, declara Michael Wong, coautor del estudio e investigador de la Universidad de California (Berkeley, EU).
Apareció como un punto brillante justo al lado del punto oscuro principal, de mayor tamaño. Los datos del VLT muestran que la nueva “nube brillante profunda” estaba al mismo nivel de la atmósfera que la mancha oscura principal. Esto significa que es un tipo de fenómeno completamente nuevo en comparación con las pequeñas nubes “compañeras” de hielo de metano, observadas anteriormente a gran altitud.
El ESO estima que es posible que la comunidad astronómica estudie ahora características como estas manchas desde la Tierra. “Al principio, solo podíamos detectar estos puntos enviando allí una nave espacial, como la Voyager. Luego tuvimos la capacidad de distinguirlos de forma remota con el Hubble. Finalmente, la tecnología ha avanzado para permitir hacerlo desde la superficie terrestre”, concluye Wong.