Un nuevo estudio científico ha revelado una alarmante amenaza para la existencia de los pingüinos emperador, icónicas aves antárticas.
La investigación, publicada en la revista Communications: Earth & Environment de Springer Nature, advierte sobre una mortalidad "catastrófica" entre los polluelos de diversas colonias en la Antártida. Este trágico desenlace se atribuye al deshielo anticipado causado por el cambio climático.
El estudio, liderado por el investigador Peter Fretwell del instituto británico Prospección Antártica, examinó cinco colonias en el mar de Bellingshausen, en el oeste de la Antártida. Alarmantemente, excepto una de estas colonias, todas sufrieron una pérdida del 100% de sus crías debido a que el hielo colapsó prematuramente, causando que los polluelos se ahogaran o murieran de frío.
La investigación destacó que estos polluelos aún no habían alcanzado la madurez suficiente para enfrentar las extremas condiciones climáticas de la región. Según los expertos, este fenómeno marca el primer fracaso masivo en la reproducción de los pingüinos emperador en varias colonias simultáneamente, directamente relacionado con el derretimiento del hielo marino. Esta triste situación podría ser una premonición de los desafíos que enfrentarán en el futuro.
El año pasado, durante la primavera austral, la capa de hielo marino antártico experimentó un derretimiento excepcionalmente acelerado, alcanzando niveles récord antes de descender a mínimos históricos en febrero. Este deshielo coincidió con el período de reproducción de los pingüinos emperador, que ya es intrínsecamente complicado y vulnerable.
Estas aves marinas empollan durante el invierno, entre junio y septiembre, enfrentando condiciones climáticas severas. Los huevos eclosionan antes de la llegada de la primavera, en septiembre, y las crías adquieren autonomía alrededor de enero y febrero.
Se estima que la población total de pingüinos emperador, conocidos científicamente como Aptenodytes forsteri, consistía en alrededor de 250,000 parejas reproductoras, todas en la Antártida, según un estudio previo. Aunque las colonias del mar de Bellingshausen representan menos del 5% de esta población, el impacto global es significativo, ya que alrededor del 30% de todas las colonias enfrentaron consecuencias del deshielo el año pasado.
Estas aves marinas realizan una travesía anual de más de 100 kilómetros desde marzo para alcanzar los sitios de cría en el hielo, que son consistentes año tras año. Las hembras depositan un solo huevo y lo confían al cuidado de los machos mientras buscan alimento, a veces recorriendo cientos de kilómetros. Los machos incuban los huevos con sus patas y piel, manteniéndolos cálidos mientras esperan el regreso de las hembras.
¿Extinción para 2100?
Ese ritual inmutable, retratado en la película documental francesa La marcha de los pingüinos, sufre los efectos del calentamiento global.
Pese a su capacidad para buscar sitios alternativos con el fin de reproducirse, los récords de derretimiento desde 2016 amenazan con exceder sus capacidades de adaptación, creen los científicos.
El pingüino emperador fue incluido como especie en peligro de extinción por la autoridad estadunidense de protección de la fauna.
Más allá del peligro en que se encuentran sus lugares de reproducción, el pingüino emperador también sufre la acidificación de los océanos, otro efecto del calentamiento global, que amenaza a determinados crustáceos de los que se alimenta.
El instituto británico Prospección Antártica estima que, al ritmo actual del cambio climático, la totalidad de esta especie podría haber desaparecido a finales de siglo.