La NASA se encuentra en la vanguardia de la exploración espacial una vez más con el lanzamiento previsto para 2027 del telescopio espacial Nancy Grace Roman, anteriormente conocido como WFIRST (Wide Field Infrared Survey Telescope). Esta misión de nueva generación promete ofrecer respuestas a enigmáticas preguntas cósmicas, abordando temas que van desde la energía y la materia oscura hasta la búsqueda de exoplanetas.
Lo que distingue al Telescopio Roman es su asombroso poder de observación. A pesar de tener un espejo primario de 2,4 metros de diámetro, del mismo tamaño que el del icónico Telescopio Hubble, su campo de visión es 200 veces más amplio. Esto significa que puede capturar una vasta región del cielo en menos tiempo, manteniendo un nivel de detalle impresionante.
Su instrumento principal, el Wide Field Instrument, que ya se ha completado y está listo este mes para las pruebas, es una cámara que medirá la luz de mil millones de galaxias durante el transcurso de la misión.
Uno de sus objetivos más destacados es determinar la historia de expansión del universo, poniendo a prueba teorías sobre la energía oscura y las modificaciones de la relatividad general.
Who's ready for their close-up? 📸
— Nancy Grace Roman Space Telescope (@NASARoman) September 13, 2023
Roman's Wide Field Instrument, which will give us some of the largest images of the universe from space, has been completed and is ready for environmental testing at @BallAerospace!https://t.co/PCLfH7mgJB pic.twitter.com/jimOaUry5h
Lo más emocionante es el innovador experimento que llevará a cabo el Telescopio Roman: el Sondeo de Altas Latitudes en el Dominio del Tiempo (HLTDS, por sus siglas en inglés). Este experimento permitirá detectar y medir supernovas de tipo IA, unas de las sondas cosmológicas más confiables, cuando el universo tenía solo 2.000 millones de años, hace unos 11.500 millones de años. Estas mediciones ultraprecisas ayudarán a arrojar luz sobre la verdadera naturaleza de la energía oscura.
Un equipo internacional de científicos, liderado por Lluís Galbany del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), trabajará en el análisis y reconstrucción de las supernovas y la caracterización de sus propiedades espectroscópicas. Este grupo ha obtenido una financiación de once millones de dólares para desarrollar herramientas que garanticen mediciones precisas.
Además, para comprender plenamente estas mediciones, el equipo creará catálogos de modelos de supernovas que podrían observarse en diferentes escenarios cosmológicos.
A pesar de las observaciones del Telescopio Roman, la ciencia requerirá la contribución de otros telescopios terrestres, como el Telescopio Subaru en Mauna Kea (Hawái, Estados Unidos) y el Gran Telescopio Canarias (GTC), que proporcionarán seguimiento adicional de las supernovas y espectros detallados de los objetos más intrigantes.
El Telescopio Roman se perfila como una herramienta esencial para desentrañar los misterios del universo, y su lanzamiento en 2027 promete revolucionar nuestra comprensión de los fenómenos cósmicos más enigmáticos.