Los majestuosos anillos de Saturno se desvanecerán de nuestra vista en 2025, según la Agencia Espacial Europea (ESA).
Desde su descubrimiento por Galileo Galilei en 1610, estos icónicos anillos han sido una fuente inagotable de fascinación para los amantes de la astronomía en todo el mundo.
Pero, ¿por qué desaparecerán temporalmente?
Estos siete anillos, compuestos por una variedad de restos cósmicos, incluyendo cometas, asteroides y fragmentos de lunas, se formaron a raíz de encuentros cercanos con el gigante gaseoso Saturno.
Aunque pueden parecer sólidos desde lejos, en realidad consisten en innumerables partículas individuales, desde diminutos micrómetros hasta masivos bloques de hielo del tamaño de montañas. Su edad exacta sigue siendo un tema de debate, pero se estima que tienen unos 400 millones de años en términos astronómicos.
La desaparición temporal de estos asombrosos anillos se debe a la inclinación de Saturno hacia la Tierra, lo que los hará prácticamente invisibles cuando se alineen de canto con nosotros. A pesar de su grandeza, son increíblemente delgados, lo que hace que un cambio en su inclinación los aleje de nuestra vista. Sin embargo, hay buenas noticias: los anillos volverán a ser visibles durante la siguiente fase de la órbita de Saturno, que dura 29 años.
Actualmente, los anillos de Saturno se inclinan hacia la Tierra en un ángulo de 9 grados, pero para 2024 ese ángulo se reducirá a solo 3.7 grados. La última vez que desaparecieron de nuestra vista fue en septiembre de 2009, y antes en febrero de 1996. Durante este fenómeno cósmico, podremos contemplar la parte inferior de los anillos y el polo sur del planeta, una perspectiva única que no volveremos a ver hasta octubre de 2038.
A medida que Saturno continúe su danza orbital de 29.5 años, el planeta se inclinará gradualmente, alcanzando su punto máximo en 2032. Esta inclinación promete una mejor visibilidad de las lunas de Saturno, lo que hace que el período anterior a 2025 sea el momento ideal para apreciar la majestuosidad de los anillos y, unos años más tarde, centrarnos en su variado conjunto de satélites.
Sin embargo, los científicos han advertido que los anillos de Saturno podrían desaparecer para siempre en algún momento. La sonda Cassini de la NASA reveló en 2017 que los anillos se están desvaneciendo a un ritmo alarmante, perdiendo entre 400 y 2700 kilogramos de masa por segundo, convirtiéndose en lluvia helada que cae en la atmósfera del planeta.
Saturno, el sexto planeta desde el Sol y el segundo más grande del sistema solar, es un gigante gaseoso rodeado por estos misteriosos anillos que continúan asombrando a científicos y entusiastas de la astronomía. Con al menos 145 lunas en su órbita, incluyendo la imponente Titán, Saturno sigue siendo un objeto de estudio y asombro en el vasto cosmos.