Casi dos siglos después de que se registraran algunos de los terremotos más potentes en la historia de América del Norte, un estudio afirma que es posible que aún se estén experimentando réplicas de dichos movimientos tectónicos en la actualidad.
Cuando un terremoto sacude una región, pequeños temblores conocidos como réplicas pueden continuar agitando el área durante días o incluso años después del evento inicial, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad sísmica actual en estas regiones.
El estudio, dirigido por Yuxuan Chen, geocientífico de la Universidad de Wuhan, se centró en tres terremotos históricos que ocurrieron entre los siglos XVII y XIX en América del Norte. Estos terremotos, que oscilaron entre magnitudes de 6.5 a 8.0, se consideran los más grandes registrados en la historia reciente de la región.
La investigación buscó determinar si los terremotos actuales en las áreas cercanas a los epicentros de estos eventos históricos eran réplicas duraderas o si se debían a la actividad sísmica de fondo normal.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), distinguir entre réplicas y actividad sísmica de fondo es complicado hasta que ocurra un terremoto más grande. Sin embargo, el equipo de investigación utilizó un enfoque estadístico llamado "método del vecino más cercano" para analizar datos de terremotos del USGS y determinar la probabilidad de que los terremotos recientes fueran réplicas de los eventos históricos.
Los resultados del estudio revelaron que en el área cerca de la frontera entre Missouri y Kentucky, alrededor del 30% de los terremotos ocurridos entre 1980 y 2016 probablemente fueron réplicas de los grandes terremotos que sacudieron la región entre 1811 y 1812.
En Charleston, Carolina del Sur, aproximadamente el 16% de los terremotos modernos se consideran réplicas del terremoto de 1886. Esto sugiere que la sismicidad moderna en estas regiones es una mezcla de réplicas y actividad sísmica de fondo.
Para evaluar el riesgo sísmico moderno de una región, los científicos monitorean la sismicidad de fondo y la fluencia, además de las réplicas. El estudio encontró que la sismicidad de fondo es la causa dominante de los terremotos en las tres regiones del estudio, lo que podría ser un signo de acumulación continua de tensión.
Las secuencias de réplicas se debilitan con el tiempo, pero la acumulación de tensión puede provocar terremotos más grandes en el futuro. Sin embargo, algunas fallas pueden avanzar lentamente sin generar tensión.