Los madrugadores podrían haber heredado características genéticas de los neandertales que los hacen propensos a ser más activos por la mañana, según una reciente investigación publicada en la revista Genome Biology and Evolution.
A pesar de que el ritmo circadiano humano es influenciado por factores sociales, culturales y genéticos, un estudio sugiere que los neandertales, que evolucionaron en regiones de Europa y Asia con variaciones estacionales de luz, podrían haber desarrollado una adaptación única en su reloj biológico.
En contraste, los primeros Homo sapiens, que evolucionaron en África, donde las variaciones en las horas de luz son menos pronunciadas, pueden no haber heredado esta característica.
Los investigadores sugieren que cuando los primeros Homo sapiens emigraron desde África hacia el norte y se cruzaron con los neandertales, pudieron haber adquirido estas variantes genéticas relacionadas con el ritmo circadiano.
Estas adaptaciones genéticas pueden influir en la preferencia por la mañana o la noche en las personas de hoy en día, ya sea que sean "búhos nocturnos" o "alondras matutinas".
Tony Capra, coautor del estudio y profesor asociado de Epidemiología y Bioestadística en la Universidad de California en San Francisco, señaló que:
"En latitudes más altas es beneficioso tener un reloj corporal más capaz de anticiparse y cambiar para adaptarse a los cambiantes niveles de luz estacional. Tener un reloj 'más rápido' facilita esta capacidad y hace que los individuos tengan más probabilidades de madrugar".
El estudio involucró el análisis del ADN de neandertales y denisovanos, una especie humana arcaica relacionada con los neandertales. Al comparar estos genomas con el ADN humano moderno, los investigadores identificaron diferencias en los genes relacionados con el ritmo circadiano.
Para determinar si estas variantes genéticas neandertales persisten en las poblaciones humanas actuales y tienen un impacto en el comportamiento de sueño, los científicos consultaron el Biobanco del Reino Unido, una base de datos que contiene información genética y de salud de cientos de miles de personas.
Los resultados mostraron que el ADN neandertal relacionado con el cronotipo aumenta la propensión a ser una persona madrugadora en la actualidad.
Este estudio se suma a la creciente comprensión de cómo la interacción entre los humanos antiguos y los neandertales ha dejado rastros genéticos en la población moderna, algunos de los cuales pueden tener implicaciones médicas importantes, como en el caso de la resistencia a la alta altitud y la susceptibilidad a ciertas enfermedades.