En un fascinante hallazgo arqueológico, científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania, han revelado nuevos detalles sobre la ocupación humana en Europa hace unos 47,500 años, durante la transición del Paleolítico Medio al Superior.
La cueva de Ilsenhöhle en Ranis, Alemania, ha sido el epicentro de este descubrimiento histórico. Aunque fue excavada en 1930, no se encontraron restos humanos en ese momento.
Sin embargo, una nueva excavación llevada a cabo entre 2016 y 2022, reveló la presencia de trece restos óseos humanos excepcionalmente bien conservados a una profundidad de ocho metros.
Estos restos, inicialmente catalogados erróneamente como huesos de animales en la década de 1930, fueron identificados como pertenecientes a Homo sapiens, demostrando que estos individuos habitaban la región mucho antes de lo que se pensaba.
El análisis del ADN de estos restos óseos indica que pertenecían a un mismo individuo de Homo sapiens o a varios parientes maternos, constituyendo así una ventana única hacia los primeros habitantes modernos de Europa.
Este descubrimiento desafía la creencia anterior de que la resistencia a condiciones climáticas extremas se desarrolló varios miles de años después.
El estudio paleoclimático de la cueva, dirigido por Sarah Pederzani de la Universidad de La Laguna y el Instituto Max Planck, revela que hace entre 45,000 y 43,000 años, Ranis experimentaba condiciones climáticas extremadamente frías, similares a las de la Siberia actual o el norte de Escandinavia.
Los primeros Homo sapiens, que se movían en pequeños grupos, realizaban incursiones cortas y expeditivas en las que cazaban grandes mamíferos terrestres, adaptándose a las duras condiciones climáticas de la región.
Además, el descubrimiento en la cueva de Ilsenhöhle en Ranis redefine la cronología y la historia de los asentamientos en Europa al norte de los Alpes.
Tim Schüler del Thüringisches Landesamt für Denkmalpflege und Archäologie comenta: "Los resultados de Ilsenhöhle en Ranis cambian radicalmente nuestras ideas sobre la cronología y la historia de los asentamientos en Europa al norte de los Alpes. Es especialmente emocionante que ahora tengamos el H. sapiens más antiguo aquí, en Turingia, Alemania".
Estos hallazgos, detallados en varios artículos publicados en Nature y Nature Ecology & Evolution, marcan un hito significativo en la comprensión de las incursiones iniciales de Homo sapiens en Europa durante una etapa clave de la prehistoria.