La preocupación por las consecuencias del cambio climático se intensifica con una nueva investigación publicada en la revista Science Advance el 9 de febrero.
Científicos de la Universidad de Utrecht, Países Bajos, alertan sobre el riesgo inminente de un punto de inflexión en la Circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), un fenómeno crucial para el equilibrio climático global.
Aunque la fecha exacta del colapso es incierta, los expertos están alarmados por la velocidad proyectada una vez que se alcance este punto crítico.
AMOC, responsable de distribuir energía alrededor del planeta, transportar nutrientes y modular el impacto del calentamiento global, se encuentra en riesgo debido al derretimiento acelerado de glaciares y capas de hielo del Ártico de Groenlandia.
Los científicos de Utrecht predicen consecuencias graves en caso de un colapso de AMOC. Se esperaría un aumento del nivel del mar en el Atlántico de hasta un metro, provocando inundaciones en regiones costeras.
En América del Sur, las estaciones húmedas y secas en la Amazonia cambiarían radicalmente, agravando los problemas ya existentes del cambio climático.
Además, las temperaturas a nivel mundial experimentarían fluctuaciones más erráticas. Mientras el hemisferio sur se calentaría notablemente, Europa experimentaría un enfriamiento alarmante, reduciendo las precipitaciones y afectando el acceso al agua.
Sorprendentemente, este colapso en las corrientes marítimas aceleraría el cambio climático en diez veces su velocidad actual.
La reversión del colapso de AMOC parece improbable, según la investigación de Utrecht y estudios anteriores. En julio de 2023, expertos de la Universidad de Copenhague advirtieron sobre un próximo colapso estimado hacia mediados de siglo, vinculado directamente a las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad humana, especialmente el dióxido de carbono.
Desde la Revolución Industrial, las acciones humanas han dejado un impacto significativo en la Tierra, dando lugar al término "Antropoceno" en 2000.
Aunque la manipulación del entorno ha llevado a avances tecnológicos, también ha resultado en la degradación del medio ambiente y plantea la pregunta crítica: ¿cómo lograr el progreso sin destruir nuestro entorno? La humanidad enfrenta el desafío de encontrar un equilibrio necesario para evitar la autodestrucción en este tiempo crucial.
Fuente: AMET, Agencias / Carlos G. Kindelán