Un grupo de astrónomos, utilizando el telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, ha realizado un extenso estudio sobre más de 80 estrellas jóvenes, revelando detalles fascinantes sobre discos de formación planetaria en una de las investigaciones más amplias hasta la fecha.
“Esto supone un cambio fundamental en nuestro campo de estudio”, afirmó Christian Ginski, profesor de la Universidad de Galway (Irlanda) y autor principal de uno de tres artículos publicado al respecto en la revista Astronomy & Astrophysics.
El equipo estudió un total de 86 estrellas en tres regiones diferentes de formación estelar de nuestra galaxia: Tauro y Camaleón I (ambas a unos 600 años luz de la Tierra) y Orión (una nube rica en gas a unos 1,600 años luz de nosotros que se sabe que es el lugar de nacimiento de varias estrellas más masivas que el Sol).
Un equipo internacional de científicos de más de 10 países recopiló datos, revelando que en Orión, las estrellas que se encuentran en grupos de dos o más tienen menor probabilidad de poseer grandes discos de formación planetaria. Este hallazgo es relevante, ya que, a diferencia del Sol, la mayoría de las estrellas tienen compañeras.
Adicionalmente, la apariencia desigual de los discos en Orión sugiere la presencia de planetas masivos incrustados, provocando deformaciones y desalineamientos en los discos.
Hasta ahora, se han identificado más de 5,000 planetas en órbita alrededor de estrellas distintas al Sol, muchos en sistemas diferentes al nuestro.
Para comprender la diversidad en la formación planetaria, la comunidad astronómica debe estudiar los discos ricos en polvo y gas que rodean a las estrellas jóvenes, las incubadoras de planetas.
Estos discos, visibles en grandes nubes de gas, muestran diversas características, desde enormes brazos espirales impulsados por planetas en órbita hasta anillos y surcos generados por la formación planetaria.
A medida que la tecnología avanza, el equipo espera profundizar en el estudio de los sistemas de formación planetaria. El Telescopio Extremadamente Grande de 39 metros de ESO permitirá explorar las regiones más internas alrededor de estrellas jóvenes, donde podrían estar formándose planetas rocosos similares a la Tierra.