Un mes después de su lanzamiento, la misión "EarthCare" de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha comenzado a proporcionar datos sobre los misterios de la atmósfera terrestre mediante el estudio detallado de las nubes.
Este análisis preliminar, realizado gracias a una colaboración con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), es fundamental para entender los mecanismos de calentamiento y enfriamiento de la atmósfera, contribuyendo a una mejor comprensión del cambio climático.
El 13 de junio, el satélite "EarthCARE" capturó su primera imagen con el radar de perfil de nubes, revelando detalles sin precedentes sobre la estructura y dinámica interna de las nubes sobre el océano cerca de Japón.
La imagen muestra una segmentación clara en la densidad y tamaño de las partículas nubosas, desde cristales de hielo y copos de nieve que se desplazan lentamente en las capas superiores hasta lluvia en las capas inferiores.
Este tipo de dato, medido por la velocidad "Doppler" del radar, permite por primera vez desde el espacio, observar la velocidad vertical de partículas como hielo, nieve y lluvia.
Los datos revelan una frontera nítida alrededor de los 5 kilómetros de altura donde la nieve y el hielo se convierten en gotas de agua, marcando el inicio de la precipitación.
Además del radar de perfil de nubes, el satélite está equipado con otros tres instrumentos avanzados: un radiómetro de banda ancha, un "lídar atmosférico" y un generador de imágenes multiespectrales, que en conjunto proporcionarán una comprensión más completa de cómo las nubes y los aerosoles afectan el clima de la Tierra.
Hasta ahora, esos datos sólo podían obtenerse mediante radares de nubes en tierra o en aviones, unos métodos que sólo pueden medir zonas limitadas, pero el “radar de perfil de nubes” que lleva el satélite “EarthCare” permite medir la estructura de las nubes de forma uniforme en todo el planeta.
Simonetta Cheli, Directora de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, expresó su optimismo sobre los resultados preliminares de la misión y su potencial futuro, destacando que los datos recién obtenidos solo son un indicio de lo que el satélite y sus instrumentos podrán ofrecer una vez estén completamente operativos y calibrados.