En Bélgica, un grupo de psicólogos y psiquiatras liderados por Laetitia Vanderijst, están desarrollando un ensayo clínico que incorpora sesiones con psilocibina para reforzar las terapias convencionales en alcohólicos.
La psilocibina, un compuesto psicotrópico natural encontrado en los "hongos mágicos", es administrada en cápsulas de dosis variables, sin generar adicción, según informa la empresa canadiense Filament Health.
Este enfoque se visualiza como un catalizador para procesos psicológicos profundos, permitiendo a los pacientes explorar áreas metafóricas de su mente, que incluyen situaciones, recuerdos o relaciones profundamente arraigadas.
Según la Dra. Vanderijst y la psicóloga Janaïna Benoît, el proceso incluye sesiones de integración post-experiencia para ayudar a los pacientes a interpretar y entender sus vivencias durante el viaje alucinógeno.
El uso de psilocibina está inspirado en proyectos internacionales y estudios sobre otros trastornos como la depresión y la ansiedad en pacientes con cáncer, mostrando resultados prometedores.
El resurgimiento de los estudios sobre psicotrópicos se fundamenta en el interés creciente tanto de médicos como de pacientes, apuntando hacia una nueva era en el tratamiento de condiciones mentales, como destaca el psiquiatra Felix Hever, quien recientemente recibió fondos para investigar la psilocibina en el tratamiento de la adicción a la cocaína.
A lo largo de la historia, los psicotrópicos han fluctuado entre el uso medicinal y la recreación, con figuras como Aldous Huxley y Robert Gordon Wasson destacando en su exploración cultural.
Tras un período de ostracismo legal y científico, la tolerancia hacia estudios y aplicaciones controladas de psicotrópicos está reviviendo, con nuevos fondos y estudios que prometen avanzar en la psiquiatría moderna.