La nave robótica china Chang'e-6 hizo historia en junio al ser la primera en recoger muestras de la superficie de la cara oculta de la Luna, la cual siempre está opuesta a la Tierra.
Los fragmentos traídos por la misión están proporcionando nuevos conocimientos sobre la historia geológica lunar, incluyendo las evidencias más antiguas de vulcanismo en la Luna.
Este viernes, los investigadores revelaron que las muestras del suelo recogido por Chang'e-6 contenían fragmentos de basalto que datan de hace 4 mil 200 millones de años y 2 mil 800 millones de años, lo que sugiere que la actividad volcánica en la cara oculta se extendió por al menos mil 400 millones de años durante la primera mitad de la historia de la Luna.
Durante ese período, el satélite era más dinámico que en la actualidad. La Luna, como la Tierra, se formó hace unos 4 mil 500 millones de años, y el vulcanismo implica la erupción de roca fundida del manto lunar hacia la superficie.
El lugar donde Chang'e-6 aterrizó, la cuenca del Polo Sur-Aitken, es un cráter de impacto con la corteza más delgada de la Luna, lo que facilita el hallazgo de evidencias de vulcanismo.
La nave robótica utilizó una pala y un taladro para recolectar aproximadamente mil 935 gramos de suelo lunar, los cuales fueron traídos de vuelta a la Tierra y aterrizaron en la región de Mongolia Interior, en China.
"Las muestras de Chang'e-6 brindan una oportunidad única para estudiar el vulcanismo de la cara oculta", comentó Qiu-Li Li, científico lunar de la Academia China de Ciencias, quien participó en el estudio publicado en la revista Nature.
Las muestras contenían fragmentos de roca volcánica, y mediante la datación por radioisótopos se pudo determinar su edad.
En comparación con las muestras obtenidas previamente del lado visible de la Luna, recogidas durante las misiones Apolo de Estados Unidos, Luna de la Unión Soviética y Chang'e-5 de China, que datan de hace 4 mil millones de años y muestran vulcanismo continuo durante al menos 2 mil millones de años, las nuevas muestras sugieren una mayor diversidad en la actividad volcánica.
Li añadió que es posible que haya habido vulcanismo a pequeña escala en la parte cercana de la Luna hace unos 120 millones de años, registrado por las cuentas de vidrio volcánico recolectadas en 2020 por la misión Chang'e-5.
El estudio también reveló que el basalto de hace 4 mil 200 millones de años era químicamente distinto al de hace 2 mil 800 millones de años, lo que sugiere que se originaron de diferentes fuentes de magma en el manto lunar.
Además, las muestras de Chang'e-6 muestran diferencias en su composición en comparación con las obtenidas del lado cercano de la Luna. No se han encontrado indicios de vulcanismo activo en la Luna en la actualidad, a diferencia de otros cuerpos planetarios como Venus y la Tierra.
"El cese del vulcanismo en la Luna se debe a que las fuentes internas de calor disminuyen con el tiempo. Al principio, la actividad volcánica de la Luna estaba impulsada por la desintegración de elementos radiactivos y el calor residual de su formación, que creaban suficiente energía interna para mantener la fusión del manto y, en consecuencia, las erupciones volcánicas de la superficie", explica Li.
Con el paso de los milenios, estas fuentes de calor disminuyeron, lo que llevó al enfriamiento y solidificación progresiva del manto lunar.
Además, el menor tamaño de la Luna en comparación con la Tierra también contribuyó a su enfriamiento más rápido, ya que los cuerpos más pequeños pierden calor con mayor rapidez.
"Con el tiempo, la temperatura del interior lunar descendió por debajo del umbral necesario para mantener la actividad volcánica, lo que marcó el fin de un vulcanismo significativo", concluyó Li.