La galaxia Firefly Sparkle, ubicada a más de 13,000 millones de años luz de distancia, ha proporcionado valiosa información sobre los primeros momentos del Universo. Aunque la Vía Láctea se formó hace 13,500 millones de años, su origen sigue siendo un misterio.
Sin embargo, la observación de galaxias similares como Firefly Sparkle, descubierta inicialmente con el telescopio Hubble, ha permitido obtener nuevos datos sobre cómo se crearon las primeras galaxias, un hallazgo publicado este miércoles en la revista Nature.
Las observaciones, realizadas por el telescopio espacial James Webb (JWST), operado por las agencias espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá, han sido fundamentales en este avance.
Gracias a su capacidad para observar en el infrarrojo, el JWST puede detectar objetos fríos y distantes, como los que existen en el universo primitivo. Este telescopio ha sido clave para estudiar galaxias de baja masa que, de otro modo, serían difíciles de observar.
Firefly Sparkle, que se formó solo 600 millones de años después del Big Bang, es unas 10,000 veces menos masiva que la Vía Láctea, lo que la hace menos brillante y más difícil de estudiar.
Sin embargo, el uso combinado de la tecnología del JWST y el fenómeno de lente gravitacional, que distorsiona la luz de los objetos lejanos, ha permitido observarla en detalle. Este efecto actúa como una especie de lupa cósmica, amplificando la luz de galaxias distantes y permitiendo su estudio.
El equipo de astrónomos que realizó estas observaciones incluye investigadores de Bangladesh, Canadá, Dinamarca, Japón, Eslovenia y Estados Unidos.
Utilizando espectrometría y lentes gravitacionales, lograron medir que Firefly Sparkle se encuentra a un desplazamiento al rojo de 8.3, lo que la coloca en los primeros 600 millones de años del Universo.
Además, han identificado dos galaxias vecinas, conocidas como "Luciérnaga-Mejor Amiga" y "Luciérnaga-Nueva Mejor Amiga", que se encuentran a distancias de 6,000 y 40,000 años luz de Firefly Sparkle.
Aunque Firefly Sparkle es más pequeña y tenue que otras galaxias de su tipo, los investigadores sugieren que podría ser una galaxia joven y rica en gas, en sus primeras etapas de formación.
Con una masa de estrellas que equivale a 10 millones de veces la del Sol, esta galaxia es una de las más pequeñas observadas en el amanecer cósmico, un período en el que nacieron las primeras galaxias.
Brian Welch, astrónomo de la NASA y la Universidad de Maryland, destacó que, aunque aún no se puede determinar el destino de Firefly Sparkle y sus galaxias vecinas, el estudio de estas formaciones tempranas podría ofrecer importantes pistas sobre la evolución de nuestra propia Vía Láctea.