El fenómeno climático de La Niña ha comenzado a desarrollarse, pero su impacto parece ser débil, lo que sugiere que no causará los problemas meteorológicos habituales, informaron meteorólogos el jueves.
Este fenómeno, que se caracteriza por el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico, tiene un efecto global al alterar los patrones climáticos.
A diferencia de El Niño, La Niña se origina por el descenso anómalo de las temperaturas en una zona clave del Pacífico ecuatorial.
Aunque la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) había anticipado su llegada durante meses, su formación tardía podría estar relacionada con el aumento de las temperaturas oceánicas en los últimos años, según Michelle L’Heureux, jefa del equipo de El Niño de la NOAA.
L’Heureux agregó que la razón de la demora en la aparición de La Niña aún no está clara y promete ser un tema de estudio. En los Estados Unidos, este fenómeno suele generar condiciones más secas en el Sur y el Oeste, mientras que provoca más lluvias en zonas de Indonesia, el norte de Australia y el sur de África.
Aunque típicamente se asocia con un aumento en los huracanes del Atlántico, L’Heureux prevé que este evento se disipará antes del verano.
A diferencia de El Niño, que aumenta la temperatura global y genera lluvias más intensas en Esatdos Unidos, La Niña tiene un efecto contrario, provocando sequías más severas.
Históricamente, los impactos de La Niña en términos de sequías han sido más costosos que los relacionados con El Niño. La última fase de La Niña terminó en 2023, luego de un periodo inusual de tres años.