Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto vientos extremadamente poderosos en el exoplaneta WASP-127b, alcanzando los 33,000 km/h, convirtiéndose en el chorro de viento más rápido jamás medido en un planeta.
Este hallazgo fue realizado utilizando el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, y proporciona información inédita sobre los patrones climáticos de un mundo distante.
WASP-127b, un planeta gaseoso gigante ubicado a más de 500 años luz de la Tierra, es ligeramente más grande que Júpiter pero tiene solo una fracción de su masa, lo que lo hace un planeta "hinchado".
Desde su descubrimiento en 2016, la comunidad científica ha estado investigando su clima, y el hallazgo de vientos a velocidades de hasta 9 km por segundo (aproximadamente 33,000 km/h) es completamente inesperado.
"Parte de la atmósfera de este planeta se mueve hacia nosotros a gran velocidad, mientras que otra parte se aleja de nosotros a la misma velocidad", explica Lisa Nortmann, científica de la Universidad de Göttingen (Alemania) y autora principal del estudio. “Esta señal nos muestra que hay una corriente de viento supersónico muy rápido alrededor del ecuador del planeta".
Los investigadores descubrieron que estos vientos, que se desplazan casi seis veces la velocidad de rotación del planeta, constituyen el viento más rápido jamás medido en un chorro de corriente planetario. En comparación, el viento más veloz detectado en el Sistema Solar fue en Neptuno, con solo 1,800 km/h.
Utilizando el instrumento CRIRES+ en el VLT de ESO, el equipo cartografió el clima y la atmósfera de WASP-127b. Al estudiar la luz proveniente de su estrella anfitriona a través de la atmósfera del planeta, lograron rastrear la presencia de moléculas de vapor de agua y monóxido de carbono.
Sin embargo, lo más sorprendente fue la detección de un doble pico en la velocidad de estos materiales, indicando que una parte de la atmósfera se mueve hacia nosotros, mientras que otra se aleja rápidamente.
Este fenómeno se explica por la presencia de potentes chorros de viento alrededor del ecuador del planeta, y los investigadores también descubrieron que los polos de WASP-127b son más fríos que el resto del planeta, con una ligera diferencia de temperatura entre su lado matutino y vespertino.
"Esto demuestra que el planeta tiene patrones climáticos complejos, al igual que la Tierra y otros planetas de nuestro propio sistema", añade Fei Yan, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China.
Este avance en la investigación de exoplanetas es posible gracias a los avances en tecnología como el VLT de ESO, que permite a los científicos mapear el clima de planetas lejanos y analizar sus atmósferas con un nivel de precisión antes inimaginable.
"Comprender la dinámica de estos exoplanetas nos ayuda a explorar mecanismos como la redistribución del calor y los procesos químicos, mejorando nuestra comprensión de la formación de planetas y, potencialmente, arrojando luz sobre los orígenes de nuestro propio Sistema Solar", declara David Cont, de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (Alemania) y coautor del artículo.
Este tipo de investigaciones, que solo pueden realizarse desde observatorios terrestres, representa un paso significativo en el campo de los exoplanetas, y el futuro desarrollo del Extremely Large Telescope de ESO en Chile promete ofrecer aún más detalles sobre los patrones de viento en estos mundos distantes.