Investigadores de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, han encontrado una posible alternativa en la lucha contra las superbacterias a partir de antibióticos presentes en las ranas, según un estudio reciente.
La investigación, que incluyó experimentos de laboratorio y modelos animales, revela una fuente "poco convencional" para obtener tratamientos innovadores frente a las bacterias resistentes a los antibióticos.
El equipo de científicos desarrolló péptidos sintéticos a partir de compuestos naturales hallados en la rana Odorrana andersonii, los cuales mostraron un "potencial prometedor" contra infecciones bacterianas gram-negativas, conocidas por ser difíciles de tratar. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Trends in Biotechnology.
Como primera línea de defensa contra infecciones, los anfibios como las ranas utilizan potentes péptidos antimicrobianos.
Siguiendo esta inspiración, los investigadores diseñaron versiones sintéticas adaptadas para combatir específicamente los patógenos gram-negativos.
Al modificar elementos clave como la capacidad de los compuestos para unirse a las membranas bacterianas y su carga eléctrica, el equipo logró crear moléculas que atacan las bacterias de manera eficaz sin dañar las células humanas ni la microbiota intestinal.
Angela Cesaro, una de las investigadoras, señaló que "este diseño ha permitido crear péptidos sintéticos con un enfoque específico en patógenos nocivos, lo que permite minimizar los efectos indeseados".
Según Cesaro, este método también reduce el riesgo de resistencia y presenta "una alternativa más sofisticada a los antibióticos convencionales".
Los péptidos sintéticos mostraron ser efectivos en modelos preclínicos, con resultados similares a los de antibióticos establecidos como la polimixina B y la levofloxacina.
Además, los hallazgos sugieren que estos péptidos no inducen la resistencia a los antibióticos, lo cual es especialmente prometedor, dado que los antibióticos tradicionales pierden efectividad frente a bacterias que se adaptan rápidamente.
Lucía Ageitos Castiñeiras, otra de las investigadoras, destacó que, a diferencia de los antibióticos de amplio espectro, estos péptidos "se dirigen de manera específica a los patógenos gram-negativos, al mismo tiempo que mantienen intactas las bacterias gram-positivas y los microorganismos beneficiosos del intestino".
Esta característica, según Ageitos, es "poco común y valiosa", y podría permitir el desarrollo de terapias antimicrobianas más avanzadas.
El líder de la investigación, César de la Fuente, resaltó el "potencial notable" de estos péptidos en ensayos preclínicos y su capacidad para cubrir "los vacíos que han dejado los antibióticos fallidos".
De la Fuente, quien dirige el grupo "Machine Biology" en la universidad, explicó que el equipo aspira a desarrollar "terapias eficaces que eviten los problemas de la resistencia".
El estudio, que combina bioingeniería, biología sintética y modelado computacional, representa "un paso importante" hacia tratamientos más seguros y específicos, reduciendo el riesgo de fomentar la aparición de nuevas superbacterias.