El Citlaltépetl, también conocido como Pico de Orizaba, podría entrar en erupción, según advirtieron especialistas durante una mesa de trabajo organizada por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS) de la UNAM.
Esta situación, unida al rápido retroceso de los últimos glaciares en México, podría tener serias consecuencias ambientales y sociales en los próximos años.
El volcán, situado en la frontera entre Puebla y Veracruz, ha sido objeto de un monitoreo más cercano debido al aumento de su actividad interna, lo que ha generado preocupación entre expertos y comunidades cercanas.
Aunque aún no se ha emitido una alerta oficial de erupción, los investigadores señalan que el comportamiento actual del Citlaltépetl podría cambiar rápidamente.
Los peligros inmediatos incluyen flujos piroclásticos, caída de ceniza, deslizamientos de lodo volcánico (lahares) y emisiones de gases, fenómenos que podrían afectar gravemente a las poblaciones cercanas.
En caso de una erupción mayor, se estima que la ciudad de Orizaba podría quedar completamente cubierta, según un estudio publicado en enero de este año.
Las localidades en riesgo en caso de erupción incluyen:
● Calcahualco
● Córdoba
● La Perla
● Zonas cercanas al Citlaltépetl en Puebla y Veracruz
Además del peligro volcánico, México enfrenta otra amenaza silenciosa: la desaparición de sus últimos glaciares.
El investigador Hugo Delgado Granados, de la UNAM, alertó que México podría perder sus tres glaciares restantes, ubicados en los volcanes Citlaltépetl, Iztaccíhuatl y Popocatépetl, en un plazo no mayor a cinco años.
Este proceso, impulsado por el calentamiento global, no solo marcaría el fin de la era glaciar en México, sino que también pondría en riesgo el abastecimiento de agua para consumo humano, la agricultura y la biodiversidad en las zonas afectadas.
“El retroceso de los glaciares representa una señal clara del impacto del cambio climático en nuestro país. Si no se toman medidas urgentes, las consecuencias serán irreversibles”, destacó Delgado Granados.
A pesar de que no se ha declarado una alerta volcánica oficial, las autoridades académicas y científicas han intensificado el monitoreo del Citlaltépetl. Equipos especializados realizan una vigilancia continua para detectar cualquier variación significativa que pueda anticipar una erupción.
La UNAM y expertos en vulcanología han instado a las autoridades federales, estatales y municipales a reforzar los protocolos de prevención y evacuación, y a mantener informadas a las comunidades cercanas sobre los riesgos potenciales.
El Citlaltépetl, con más de 5,600 metros de altitud, no solo es el volcán más alto de México, sino también un símbolo natural cuyo comportamiento actual requiere atención urgente y conciencia colectiva.