Astrónomos han revelado que la estructura más grande conocida del universo, la Gran Muralla Hércules-Corona Boreal, es aún más extensa y cercana a la Tierra de lo que se creía. Este hallazgo, basado en el análisis de estallidos de rayos gamma (GRB), plantea nuevas preguntas sobre la forma en que se organiza el cosmos.
La Gran Muralla es un gigantesco supercúmulo de galaxias que se extiende por más de 10 mil millones de años luz y desafía los modelos tradicionales del universo. Según los expertos, partes de esta estructura se encuentran más próximas a la Tierra de lo que se pensaba, lo que ha sido posible detectar gracias a la distribución de los GRB, las explosiones más luminosas del universo.
Los GRB se utilizan como herramientas de medición porque están vinculados a eventos extremos como el colapso de estrellas masivas o la fusión de estrellas de neutrones. Debido a su intensidad, pueden observarse a distancias enormes, ayudando a identificar la ubicación de galaxias, incluso si estas son demasiado débiles para ser vistas directamente.
El equipo responsable del descubrimiento, liderado por investigadores como Jon Hakkila, de la Universidad de Alabama, ya había detectado la Gran Muralla en 2014. Sin embargo, con un nuevo análisis de 542 GRB recopilados hasta 2018, han refinado su estimación del tamaño y ubicación de la estructura.
Este descubrimiento es particularmente desconcertante porque contradice el principio cosmológico, que asume que el universo es homogéneo y uniforme a gran escala. Según este principio, ninguna estructura debería superar los 1,200 millones de años luz de largo, pero la Gran Muralla supera ese límite por un amplio margen.
Aunque aún no se sabe con certeza qué implica este hallazgo, los científicos reconocen que la estructura podría ser aún más grande de lo que hoy se puede medir, y que se necesitarán más observaciones para entenderla completamente. Con ese fin, ya se trabaja en nuevas misiones, como el satélite THESEUS de la Agencia Espacial Europea, que podría ampliar drásticamente el número de GRB observados y ofrecer un mapa más completo del universo a gran escala.
El misterio sobre el origen y significado de esta megaestructura sigue abierto. Como afirma Hakkila,
“todavía no se ha determinado qué significa todo esto”.