La Reina del Pop también ha tenido algún que otro resbalón profesional, para muestra un botón.
Madonna era hasta hace poco la mujer más rica —y por ende, poderosa— de la industria musical. Un título que le arrebataba Rihanna gracias al enorme pelotazo de su firma Fenty hace unos años... aunque lo que nadie podrá quitarle nunca a la ‘ambición rubia’ de 63 años es su innegable estatus de realeza del pop. La artista, que lleva dando guerra desde hace cuatro décadas en la industria musical, acudía el pasado jueves al programa de Jimmy Fallon para promocionar la emisión televisiva de su gira ‘Madame X’ y de paso tenía un distendida y caótica charla con el famoso presentador. Una entrevista en la que confesó —un poco con la boca pequeña— cuáles son los dos únicos proyectos laborales de los que se arrepiente no haber formado parte.
Para sorpresa de todos, el primero tenía que ver con el famoso papel de Catwoman en ‘Batman Returns’ (1992)aclamada cinta dirigida por Tim Burton que protagonizó finalmente, enfundada en un traje de cuero, Michelle Pfeiffer. Sin embargo, también comentaba que no se arrepiente en absoluto de haber declinado el papel protagónico de ‘Showgirls’, la cinta de 1995 que acabó injustamente con la carrera de Elizabeth Berkley, fue completamente destruida por la crítica y que a día de hoy es todo un clásico del cine de culto. ¿Habría cambiado la suerte de dicha joya cinematográfica si Madonna hubiera estado al frente?
Madonna casi protagoniza ‘Matrix’
Asimismo, el error que todavía parece escocer en las elecciones profesionales de la intérprete es el de haber rechazado el papel femenino en la saga de ‘Matrix’ (1999), la cual ha amasado hasta la fecha —dado que la cuarta entrega viene en camino— más de 1,4 billones de dólares en todo el mundo. “Quería matarme”, comentaba entre risas cuando se dio cuenta del parteaguas cinéfilo que dicha cinta supuso con el paso de los años. En su lugar, Carrie-Ann Moss hizo suyo el papel de Trinity, y oye, ninguna queja al respecto.
Sea como fuere, lo cierto es que las decisiones musicales de la artista —que en el cine también se lució gracias a papeles como el de ‘Evita’ (1996) y ‘Four Rooms’ (1995)— han sido todas excepcionalmente acertadas. Y eso es lo que importa a día de hoy.