El escándalo
Una conversación telefónica entre el coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota, Roberto Gil, con el ex dirigente del PAN Germán Martínez, fue grabada; en ella se negocia y discute qué mujer puede ser suplente al Senado del ex secretario particular de Felipe Calderón.
Adriana Loaiza Garzón, viuda del ex subsecretario de gobernación, Felipe Zamora -muerto en el accidente aéreo en donde también falleciera Francisco Blake Mora en su viaje a Morelos- es la dama en cuestión. Mientras que Martínez Cázares la califica como poco rentable, sin posibilidad de atracción de votos, carente de nombre; Gil Zuarth, advierte que es un acto mínimo de “solidaridad” y que además le genera “tranquilidad de conciencia”.
Durante la plática el ex dirigente blanquiazul acusa a Gil Zuarth de “usufructuar con el muerto” y de hacer “dilema en donde no lo hay”. Roberto Gil defiende su causa y confiado en el triunfo de Vázquez Mota aseveró: “Si a mí me va bien, yo pido licencia. O sea, tiene tres hijos cabrón, ¿no?”.
Adriana Loaiza, por cierto, sin saber de esta negociación, está registrada como senadora suplente en esa fórmula. Está por verse si después de esta revelación, en dónde queda claro que la única razón es la compasión, el cumplimiento de la cuota de género, la amistad por una parte y el desprecio por la otra, se mantiene firme o como es de esperarse, se aleja por ella, por su nombre y el de sus hijos, por el recuerdo de su fallecido marido, de esa posición que avergüenza.
La defensa
Josefina Vázquez Mota afirma tener una encuesta que la ubica a sólo un dígito de distancia del priista Enrique Peña Nieto. Por supuesto que esta aseveración es inverosímil y a todas luces una falsedad; de existir, tal como lo dijo la candidata blanquiazul es un estudio contra el mundo, un ejercicio estadístico que va en contra de todos los que coinciden en su segunda posición y a la baja.
Los panistas deben cerrar las heridas y hacer "una tregua por la unidad", a fin de conseguir los 22 millones de votos que necesita para ganar la presidencia, fue su llamado tras la revelación de su encuesta solitaria.
Lo que si debería de hacer Josefina Vázquez, es darse cuenta de que la empresa o el lambiscón que le presentó el levantamiento estadístico que la potenció al empate técnico con Peña Nieto, merece primero no cobrar, y si en su caso fue un trabajo gratuito, compartir su nombre para que nadie, nunca, jamás, lo contrate algún otro candidato o partido político ante tal mentira y tomadura de pelo.
La salida
"La encuesta más importante es la que tenemos en el alma, en la mente, en el trabajo cotidiano"; así remató su discurso ayer frente a los responsables de las estructuras territoriales estatales del PAN, seguramente sabedora de que había sido engañada.
Al aire
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