El director Tim Miller (Scott Pilgrim Vs El Mundo) fue el encargado de dirigir a Reynolds en el largometraje que adopta como protagonista a un mercenario con el don de cortarte la cabeza mientras hace una oscura referencia a un dato trivial de la cultura pop. Cuenta con un guión de Rhett Reese y Paul Wernick (Zombieland).
Deadpool es una película que respeta al personaje, que se burla de sí misma y de otras películas de superhéroes, que rompe la cuarta pared, y que nos muestra a Ryan Reynolds encarnando con ternura y cariño al demente de Wade Wilson. Es muy probable que una película de acción sobre superhéroes no nos haya dado un personaje tan entrañable desde Star-Lord en Guardianes de la Galaxia.
La historia de Wade Wilson, un antiguo operativo de las fuerzas especiales convertido en mercenario. Tras ser el sujeto de un experimento que le otorga el poder de curación acelerada, adopta el alter ego de Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades y un retorcido sentido del humor, Deadpool se da a la tarea de buscar y aniquilar al hombre que casi destruye su vida.
La película ha sido un tremendo éxito de taquilla, recaudando en cines de Estados Unidos durante el fin de semana la impresionante cantidad de 135 millones de dólares, todo un record para una película de clasificación R. Nada mal para un tipo que todavía hasta hace un año poca gente -fuera de los geeks de comics- ubicaba.