En esta ocasión y muy apropiadamente les hablaré de una de sus cintas con tonos muy en particular, también por el hecho del ciclo que presenta el Cine Club del Palacio de Cortés, dedicado a este director. La semana pasada fue presentada la cinta Una noche en la Tierra, que está compuesta por varios cortometrajes, llenos de humor y controversia.
Pero esta semana presentarán la película Hombre muerto (1995), protagonizada por Johnny Depp. Esta cinta es un western filmado en blanco y negro en su totalidad, con una historia inesperada.
La película cuenta con actuaciones muy particulares como John Hurt o el polifacético cantante Iggy Pop, entre otros. Es también considerada la obra cumbre del director, así como una obra postmodernista del cine.
La trama nos lleva a conocer la historia de William Blake, un joven contador que un día recibe una carta con una oferta de trabajo en un pueblo alejado de la ciudad, a lo que decide ir. Lo que no sabe es que está a punto de descender del cielo al infierno, su vida está a punto de cambiar y precisamente no para bien.
Al llegar al pueblo tiene su primer encuentro con el que sería su jefe. Sin embargo, ignora que la plaza que le estaban ofreciendo ya la han dado a alguien más, pues hacía un mes que lo requerían, por lo que contrataron a otra persona.
Triste y desconsolado, se marcha del lugar. Al llegar al pueblo, entra a una cantina donde se encuentra con una joven que lo seduce, a pesar de tener a otro; lo lleva a su casa y por una u otra razón ella y su otra pareja mueren. William, al ver lo que ha pasado, decide huir pues ahora la policía lo busca debido a que es el principal sospechoso.
Williames un hombre tímido y miedoso; al huir, se recluye lejos del pueblo en lo que será su infierno.
En su soledad, encuentra a un indio americano de nombre Nadie, quien, de muy pequeño, es llevado a Inglaterra como una atracción, pronto aprende literatura en especial del poeta y pintor del siglo XVIII William Blake.
Al llegar a la edad adulta decide escapar y llegar a su pueblo originario, pero su tribu no le cree y es echado; al conocer a William piensa que es la reencarnación del poeta.
Por su parte, William es ahora uno de los hombres más buscados, pues ha pasado de ser honorable, a ser un asesino: ha matado a dos hombres con sus propias manos, es un hombre por el que se ofrece una jugosa recompensa y la ley lo persigue. Junto a Nadie, los dos se han encontrado, los dos están unidos pues son el rechazo de una sociedad que los repudia, los dos son Nadie.
Jim Jarmusch nos lleva del cielo al infierno, pues plantea su propia versión de la muerte, la de un hombre que no forzosamente ha dejado de respirar, pero que el curso de los acontecimientos inesperados lo ha llevado a morir de una u otra forma.
Hombre muertoes una buena propuesta para disfrutar de un western postmodernista, a la manera del magnífico Jim Jarmusch.