En un futuro no muy lejano, aquellos que buscan expandir sus familias podrán optar por hacerlo con la ayuda de la inteligencia artificial.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, un niño promedio le cuesta a los padres más de 230 mil dólares cuando alcanza la edad de 17 años; mientras que un “niño digital”, por otro lado, podría satisfacer todas sus necesidades por menos de 25 billetes verdes al mes, solo alrededor de 5 mil 100 para cuando se gradúe de la escuela secundaria, de acuerdo con .
En medio de la pobreza, las epidemias y el cambio climático, a los expertos les preocupa que los aproximadamente 11 mil millones de personas que habitarán la Tierra en el año 2100 no obtengan los alimentos, la atención médica y otros recursos esenciales que necesitan para sobrevivir.
Esta es una preocupación real para los posibles padres, según una encuesta de YouGov de 2020 que encontró que casi el 10% de los adultos ya eligieron no tener hijos por estos motivos, mientras que otro 10% citó el impacto financiero de tener hijos.
Es así que los “niños virtuales”, creen algunos expertos, podrían suplantar a los de “carne y hueso”, convirtiéndose en algo común a principios de la década de 2070, es decir, en unos 50 años, dijo Catriona Campbell, miembro del Salón de la Fama Digital de la Asociación Británica de Medios Interactivos, al South West News Service.
Lo anterior, al combinar imágenes generadas por computadora con máquinas que pueden aprender, tal como lo hacen los humanos. Estos niños virtuales se parecerían a los reales y podrían reconocer y responder a sus padres, incluso simular respuestas emocionales.
La tecnología sería posible gracias a los avances en inteligencia artificial y tecnología de realidad aumentada, incluidos guantes "sensibles al tacto" para ayudar a los padres a sentir a sus hijos y anteojos para visualizarlos en nuestro entorno real.
Campbell ha denominado a esta nueva versión de familia la “Generación Tamagotchi”, en referencia al llavero de juguete de los años 90 compuesto por una diminuta mascota digital que los propietarios debían "alimentar", "jugar" e incluso "medicar" regularmente.