Luego de que la pandemia de Covid-19 casi obliga al Museo de Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México a cerrar sus puertas, ahora el recinto renovó su experiencia con tecnología de realidad aumentada para atraer nuevos públicos, principalmente nativos digitales.
Desde hace más de un año el Museo de Memoria y Tolerancia trabajó con Meta —matriz de Facebook— e Inmersys para complementar las 16 salas de su exposición permanente con experiencias de realidad virtual, algunas de las cuales se pueden compartir en Instagram.
A partir de este martes 9 de mayo, el Museo de Memoria y Tolerancia activará las experiencias de realidad virtual. En un inicio estas activaciones estarán disponibles en 10 salas, pero paulatinamente se irán incrementando hasta cubrir las 16 salas de la exposición permanente.
Para recorrer el museo con la tecnología de realidad aumentada es necesario que los visitantes descarguen en sus celulares la aplicación Museo MyT. Con su dispositivo los visitantes podrán escanear los marcadores instalados en cada sala y vivir la experiencia del museo con realidad aumentada.
La cofundadora y presidenta del Museo de Memoria y Tolerancia, Sharon Zaga, dijo que el objetivo es “transmitir mensajes de memoria y tolerancia, paz y respeto a los derechos humanos con tecnologías novedosas que atraigan la atención de nuevas generaciones”.
“Hoy es un día atrevido por incluir realidad aumentada en una exhibición que habla de memoria histórica, genocidios, inclusión, tolerancia. Nuestros visitantes tienen un Museo que grita, que duele, que dicen no a la indiferencia y que necesita que las personas regresen a él. Esta tecnología nos permite sentir más, conocer más”, comentó Zaga Mograbi.
La subsecretaria de Cultura del gobierno de México, Marina Núñez, destacó que “ahora que las redes sociales lo abarcan todo, que la globalización nos acerca nos encontramos con el otro” y es necesario difundir mensajes de tolerancia, que “no es aguantar o ser condescendiente con el otro, la tolerancia es un acto profundo de empatía”.
El director de Políticas Públicas para México, Centroamérica y el Caribe en Meta, Íñigo Fernández, destacó que el proyecto con el Museo de Memoria y Tolerancia es un ejemplo de construcción del metaverso entre diferentes sectores como la ciudadanía, el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil.
Fernández compartió la historia de Marisol, una joven que fue la primera graduada de las Escuelas de Código, un programa educativo gratuito que el gobierno de la Ciudad de México lanzó en colaboración con Meta en los Puntos de Innovación, Libertad, Artes, Educación y Saberes (Pilares).
Marisol, una vez que terminó sus cursos en la Escuela de Código, entró a trabajar a la empresa Inmersys, la misma que elaboró los filtros de realidad aumentada para las 16 salas del Museo de Memoria y Tolerancia. “El siglo XX se conoció como la consolidación de los derechos humanos, el XXI será la consolidación de los derechos digitales”, dijo el directivo de Meta.
La secretaria de Cultura del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Curiel de Icaza, recordó que la administración pública también ha incursionado en el metaverso con el Desfile de Día de Muertos virtual que se celebró en noviembre del año pasado y que fue visto en forma virtual e inmersiva en otros países.