En un emocionante avance en la convergencia de inteligencia artificial y robótica, un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York y Meta ha desarrollado un proyecto revolucionario que podría cambiar la forma en que mantenemos nuestras habitaciones ordenadas: Stretch, el robot organizador.
¿Cómo funciona Stretch?
El núcleo de este innovador sistema es el uso de la tecnología llamada OK-Robot, diseñada para entrenar robots en tareas de recoger y mover objetos en entornos desconocidos. Este sistema utiliza inteligencia artificial de código abierto para cerrar la brecha entre los modelos de IA en constante mejora y las habilidades prácticas de los robots, eliminando la necesidad de una costosa y compleja etapa de capacitación adicional.
En el proceso, Stretch, un robot comercial fabricado por Hello Robot, realiza un escaneo del entorno de la habitación utilizando la aplicación Record 3D en un iPhone, aprovechando el sistema LiDAR del teléfono para capturar un video en 3D del espacio. Luego, el sistema OK-Robot ejecuta un modelo de detección de objetos de IA de código abierto en los fotogramas del video, identificando objetos y ubicaciones en la habitación.
Una vez que el robot tiene esta información, el equipo le indica qué objeto debe recoger y dónde debe colocarlo. El brazo retráctil de Stretch realiza la tarea con una tasa de éxito del 58.5% en general, aumentando al 82% en habitaciones menos desordenadas.
A pesar de estos avances, hay limitaciones. Stretch actualmente solo puede recoger y soltar objetos, careciendo de la capacidad para realizar tareas más complejas, como doblar o colgar la ropa. Lerrel Pinto, profesor asistente de informática en la Universidad de Nueva York y codirector del proyecto, menciona: "No puedes pedirle que abra un cajón, porque solo sabe hacer esas dos cosas."
Sin embargo, Mahi Shafiullah, estudiante de doctorado de la Universidad de Nueva York y codirector de la investigación, destaca el potencial de combinar OK-Robot con modelos de reconocimiento de voz para permitir instrucciones verbales al robot, lo que podría facilitar aún más su integración en entornos caseros.
Este proyecto demuestra cómo la inteligencia artificial y la robótica pueden abordar desafíos que antes parecían insuperables, acercando la interacción entre robots y usuarios en entornos domésticos. Aunque queda trabajo por hacer, el desarrollo de Stretch representa un emocionante paso hacia el futuro de la automatización en nuestros hogares.