Un grupo de organizaciones ecologistas ha presentado alegaciones contra la ampliación de los centros de datos de Amazon en Aragón, argumentando que el proyecto tendría un grave impacto ambiental en la región. Las críticas se centran en el alto consumo de electricidad y agua necesario para la refrigeración de los equipos, lo que consideran insostenible en un contexto de estrés hídrico creciente.
Aragón es una comunidad autónoma situada en el noreste de España. Limita al norte con Francia, a través de los Pirineos, al este con Cataluña, al sur con Valencia y al oeste con Castilla y León y La Rioja. Su capital es Zaragoza, y está compuesta por tres provincias: Zaragoza, Huesca y Teruel.
Alegaciones por consumo desmedido y promesas de empleo cuestionadas
Los ecologistas, liderados por entidades como SEO/Bird Life, Ecologistas en Acción y Ansar, cuestionan la capacidad energética de Aragón para soportar el consumo eléctrico que demandarán las instalaciones y califican de "inaceptable" el uso intensivo de agua. Además, dudan de la viabilidad de las promesas de empleo asociadas al proyecto.
Respuesta coordinada sin precedentes
Por primera vez en España, diversas organizaciones han unido fuerzas para presentar una respuesta conjunta contra un proyecto de este tipo. Ecologistas en Acción ha creado incluso un grupo de trabajo dedicado exclusivamente a combatir proyectos de centros de datos, destacando la creciente preocupación por su impacto ambiental.
Una inversión millonaria en el centro del debate
Amazon Web Services (AWS) anunció en 2022 una inversión de 15.700 millones de euros hasta 2033 para ampliar sus tres centros de datos en Aragón, ubicados en El Burgo de Ebro, Villanueva de Gállego y Huesca. Sin embargo, las organizaciones denuncian que la documentación presentada por la tecnológica no refleja adecuadamente los riesgos ambientales asociados al proyecto.
El futuro de la ampliación dependerá ahora de cómo Amazon responda a estas alegaciones y del análisis del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Mientras tanto, el debate sobre el impacto ambiental de los centros de datos sigue ganando relevancia en España.