Las redes sociales forman parte esencial de la vida cotidiana, con millones de personas interactuando diariamente en estas plataformas. Sin embargo, su uso excesivo puede afectar funciones cognitivas clave como la memoria, la concentración y la regulación emocional, según la neuróloga María González de Gracias, de Sanitas Hospitales.
Uno de los principales efectos negativos de las redes sociales es la disminución de la capacidad de concentración. La constante exposición a notificaciones y contenido fugaz fomenta la gratificación inmediata, reduciendo la paciencia y la habilidad para mantener la atención en tareas prolongadas.
La multitarea digital, como cambiar constantemente entre aplicaciones o responder mensajes de forma inmediata, también interfiere con la consolidación de recuerdos. La sobrecarga de información en lapsos cortos dificulta que el cerebro procese y almacene adecuadamente los datos, afectando la memoria a largo plazo.
En el aspecto emocional, las redes sociales pueden influir en el estado de ánimo. La exposición continua a vidas idealizadas o comentarios negativos puede generar ansiedad, envidia o insatisfacción. Además, la búsqueda de validación a través de "me gusta" y comentarios puede afectar la autoestima y el bienestar emocional.
Para mitigar estos efectos, los expertos recomiendan establecer límites en el uso de redes sociales, practicar la atención plena y fomentar interacciones en el mundo real. Ser conscientes del impacto de estas plataformas es clave para utilizarlas de manera saludable y equilibrada.