Científicos de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, desarrollaron un marcapasos del tamaño de un grano de arroz que podría revolucionar la medicina. Este dispositivo, aún en fase experimental, se inyecta directamente en el cuerpo y se disuelve de forma natural una vez que ha cumplido su función, eliminando así la necesidad de cirugías para su extracción.
El microdispositivo mide apenas 1,8 x 3,5 x 1 milímetros y está diseñado para ofrecer estimulación eléctrica temporal al corazón, ideal en casos como cirugías cardíacas en adultos o recién nacidos con defectos congénitos. Una de sus principales ventajas es que no necesita cables ni batería, ya que genera electricidad al reaccionar con los fluidos del cuerpo. Su actividad es controlada por una unidad externa en forma de parche, que detecta irregularidades en los latidos y activa el marcapasos cuando es necesario.
Los investigadores pueden ajustar su composición para que funcione durante un tiempo específico —por ejemplo, una semana, que es lo que muchos pacientes pediátricos requieren tras una operación. Esto reduce el riesgo de complicaciones, estrés quirúrgico y costos médicos, especialmente en cuerpos en desarrollo.
“Es una opción más segura, económica y adaptable que los marcapasos tradicionales”, explicó Igor Efimov,
codirector del proyecto. Además, se está evaluando su uso en neuroestimulación y cirugía muscular, ampliando su potencial más allá de la cardiología.
Aunque aún se encuentra en etapa de pruebas, este avance podría estar disponible en pocos años y marcar el inicio de una nueva era en la medicina mínimamente invasiva.