La presente es una contribución al análisis crítico del turismo sostenible para el desarrollo comunitario, estructurada a partir de la desigualdad, con el propósito de llamar la atención sobre los riesgos de una propuesta cuando se incluye la diversidad biocultural.
Planteamiento. La intensidad de la pobreza abre reconsideraciones del pensamiento etnobiológico, dirigido al desarrollo comunitario, buscando equidad entre crecimiento económico, social y ambiental e integrando los procesos productivos tradicionales a la formulación de productos turísticos, porque históricamente han determinado la productividad para la sobrevivencia entre los campesinos e indígenas. Las ventajas culturales y socio-ambientales para el diseño, operación y evaluación de proyectos de turismo sostenible amalgaman el conocimiento tradicional sobre los valores de uso, el manejo de factores paisajísticos y ecos sistémicos de cada comunidad como soporte de su historia y de los sistemas productivos primarios de origen prehispánico.
Propuesta. La organización campesina hace factibles a las empresas sociales de turismo sostenible porque son dueños de los medios de producción, cultura, historia y recursos naturales, además, se convierten en empleadores y en los operadores indígenas que transforman su conocimiento de valor de uso por el valor de cambio, por ejemplo, en el caso de la vivienda tradicional que se transforma en hospedaje. El enfoque etnobiológico otorga la factibilidad de desarrollo, cuando se estructura en función de los intereses de los promoventes, apropiados de la conservación social de la diversidad biocultural. El turismo sostenible es el modo de producción de bienes materiales a partir las relaciones históricas de la sociedad con la naturaleza, porque es clave para revalorar la estructura de la subsistencia como, alimentarse y curarse. El riesgo más aparente es el abandono del estado para el desarrollo rural, porque se abre a la inversión privada, promovida por los gobiernos para proyectos de turismo que operan desde la lógica de mercado. La amenaza consiste en no enfocarse a reducir la pobreza aumentando la disponibilidad de satisfactores básicos, sin degradar la base biocultural. Los riesgos obligan a reformular el desarrollo comunitario incorporando la dimensión cultural al turismo sostenible para consolidar las prácticas de reproducción social de los dueños de los territorios, para responder a los objetivos productivos, sociales y ecológicos. Otro riesgo es la desintegración social por la desigualdad de los montos de las inversiones tanto públicas como privadas. Por ello, es importante integrar los territorios responsables de la eficiencia ecológica, porque además, ofertan alimentos, medicinas y materias primas. Lo anterior implica, revalorar la pertinencia de las culturas como herederas de los conocimientos tradicionales y de una cosmovisión respecto al uso social de la diversidad biocultural. Los ecosistemas impactados por el crecimiento urbano, la deforestación y la defaunacion incrementan los riesgos sobre la economía campesina que no son exclusivos para los habitantes rurales, porque también repercuten en la cotidianidad urbana. Las políticas de desarrollo cuando subordinan la iniciativa de los campesinos constituyen otro riesgo porque no reconocen a las organización tradicionales, las cuales, se deben fortalecerse jurídicamente para que las prácticas indígenas queden libres de presiones externas culturalmente.
Rafael Monroy Martínez y Rafael Monroy-Ortiz
Profesores invitados
Escuela de Turismo UAEM