El estado de Morelos más allá del magnífico clima que ha mantenido a través de los años, ha mostrado también una abundancia en recursos naturales, en este caso, se hablará específicamente en la cantidad de agua que, a través de manantiales, apantles, barrancas, ríos y lagunas, además de una buena cantidad de lluvia de “temporal” que se hace presente desde el mes de mayo hasta septiembre, se utilizaba para la elaboración de azúcar en las haciendas morelenses.
Esta fue una razón más que el estado de Morelos ofrecía para la propagación de las haciendas azucareras, ya que éstas requerían de una buena cantidad de agua para su operación; desde las necesidades básicas de consumo del líquido, hasta ser utilizada como fuerza hidráulica para mover trapiches (molinos), o bien, para los mismos sembradíos de caña que requerían una abundante cantidad agua para crecer sanas y con cuantioso jugo o también conocido como guarapo.
Prácticamente, se puede decir que, si no se contaba con la suficiente cantidad de agua, la producción de azúcar hubiese sido casi imposible que se lograra, aunque se contara con excelentes condiciones geográficas y climáticas, es decir, sin agua no hubiese sido posible alcanzar al menos un mínimo de producción.
En general, las haciendas siempre se fundaban cerca de un arroyo o río, el cual, era desviado hacia el casco, privando incluso a comunidades completas del vital líquido.
Para llevar el agua hasta el interior de los cascos se construían acueductos que atravesaban grandes distancias, además que, en algunos casos fueron todo un reto en su construcción, ya que la topografía del terreno era una gran limitante, en ocasiones se debía de cruzar barrancas de gran profundidad, teniendo así, que librar los accidentes naturales del terreno manteniendo una pendiente constante, para liberar el agua con la fuerza necesaria para impulsar la rueda del molino.
Los acueductos de las haciendas morelenses esencialmente eran construidos de piedra, en algunos casos se le incorporaban detalles con tabiques de barro o piedra finamente labrada, estos poseen distintos tamaños y formas; en general muestran arcos de medio punto que ayudan a sostener el peso del arroyo de agua que lleva en la parte superior, los arcos se encuentran apoyados en columnas de grandes dimensiones que transmiten la carga hasta el suelo, es decir, los acueductos eran construidos con la mejor calidad en su manufactura y materiales para que estos resistieran por mucho tiempo.
Muchas de las haciendas que hoy en día perduran, aún conservan su acueducto; en algunos casos solo se muestran pocos vestigios y ruinas de lo que puso ser, no obstante, en algunas otras haciendas existen acueductos que han perdurado al paso de los años, e incluso, muchos de éstos, son el soporte de grandes amates que han crecido a costa de estas estructuras; del mismo modo, existen acueductos que corrieron con mejor suerte, ya que en la actualidad aún se encuentran en funcionamiento, llevando su caudal de agua algunas veces hasta el interior de las haciendas.
Como ya se mencionó, los acueductos son muy variados, tanto en las dimensiones de su longitud y altura, así como en el sistema constructivo, ya que algunos cuentan con arcos intercalados, otros presentan múltiples elementos ornamentales y en especial unos tenían mayor capacidad en el caudal de agua.
A continuación, se nombrarán las haciendas que muestran los acueductos más representativos y hermosos de las haciendas de Morelos, mostrando con un (*) los acueductos que aún se encuentran en funcionamiento llevando un arroyo de agua en su interior, estos son:
Hacienda de Chicomocelo, San Francisco Cuauhtepec, Nuestra Señora de la Concepción (El Hospital), Nuestra Señora de los Dolores, Nuestra Señora de la Concepción (Temixco)*, San Antonio el Puente, Santa Catarina Chiconcuac*, San Carlos Borromeo, San Diego Atlihuayán*, San Diego Barreto, San Francisco Temilpa, San Gabriel de las Palmas*, San Gaspar, San Jacinto Ixtoluca, San José Acamilpa*, San José Cocoyoc*, San José Vista Hermosa, San Juan Reyna*, San Nicolás Pantitlán, San Nicolás Tolentino, Santa Ana Amanalco, Santa Ana Tenango, Santa Bárbara Calderón, Santa Inés*, Santa Rosa Cocoyotla, Santa Rosa Treinta Pesos, Santiago Tenextepango*, Santiago Zacatepec.
Te invitamos a recorrer el largo y ancho del estado de Morelos, en donde te sorprenderán las maravillas arquitectónicas que las haciendas morelenses tienen para ti, impresiónate y descubre la maravillosa vista de los paisajes cañeros, donde los acueductos emergen de la tierra y muestran su belleza. #HaciendaMorelense
Carolina Raya López y
Salvador Gómez Arellano.
Profesores invitados UAEM
Fotografías:
Salvador Gómez Arellano.