Distintas culturas ancestrales en diferentes sitios del mundo observaron detenidamente el cosmos y lo manifestaron en su construcción de pensamiento, en la definición de fechas y ciclos vitales, establecieron su filosofía y ciencia, ubicaron templos, marcaron ritos. Plasmaron en su modo de vida la importancia de entender los fenómenos de la bóveda celeste en armonía con su paisaje.
Actualmente existen esfuerzos de diferentes comunidades e instituciones para que sigamos gozando de este espectáculo natural. El derecho a los cielos oscuros ha sido reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como un derecho implícito en la conservación del patrimonio cultural y natural de las generaciones futuras, de acuerdo con la Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas, en el 2007, celebrado en la Isla Canaria de La Palma en España.
El turismo responsable, en todas sus manifestaciones, puede y debe integrar el paisaje del cielo nocturno como un recurso para el cuidado y valoración de cualquier destino. Los sitios para la observación de estrellas son esencialmente en comunidades en las que no exista un exceso de luz artificial, principalmente en zonas rurales, en donde el efecto negativo y contaminante de la excesiva electrificación nocturna no sea grave. Es necesario crear nuevas fuentes energéticas sustentables que aseguren una adecuada iluminación sin comprometer la natural del firmamento. Esto también implica problemáticas biológicas, porque al emitir luz artificial a los ecosistemas naturalmente oscuros, crea alteraciones en los procesos reproductivos de la fauna local, los cuales disminuyen la polinización de ciertas plantas, las repercusiones van más allá del desperdicio energético.
Con apoyo de especialistas en planificación del turismo para una adecuada capacitación y formación de guías locales, estos lugares pueden tener grandes posibilidades de recibir un segmento de visitantes entusiasmados por ver el cielo en la noche.
El Turismo Astronómico no es solamente científico, puede acercarse a un gran número de personas como un enorme instrumento para desarrollar una nueva alianza en favor de la calidad del cielo nocturno, sin embargo gestionar el turismo de manera sostenible es una obligación para todos, al estar en contacto con paisajes tan importantes se debe actuar con responsabilidad.
En el estado de Morelos existen distintas comunidades propicias para desarrollar estas actividades por su estratégica ubicación. Así mismo distintas agrupaciones académicas y científicas realizan esporádicamente eventos en dónde el uso de telescopios los facilita a la población.
Ver el cielo es tan importante como parte integral del paisaje, todos podemos tener acceso a él, volver a asombrarnos de su inmensidad. El conocimiento del universo es el patrimonio a través del cual los niños y adultos pueden entender el espacio y el tiempo al que pertenecen.
Ver y sentir los cielos estrellados, es no perder la conexión con el Cosmos. La Dra Silvia Torres, gran astrónoma mexicana describe esta importancia con una frase:
"Un cielo sin estrellas es como tener un mundo sin flores, podemos vivir en ambas condiciones, pero preferimos no hacerlo”
TEXTO:
Dulce Lucero Rodríguez Galindo
Daniel Octavio Aragón Gaspar
Escuela de Turismo de la UAEM
FOTOGRAFÍAS:
Fernando Ruíz Vázquez e Internet. 2020.