Cuernavaca tiene actualmente una deuda histórica con este mercado, ubicado hoy en día en la plaza sur del Palacio de Cortés; en los años cincuenta el entonces Presidente de México, Adolfo López Mateos donó el terreno que albergaba al Congreso del estado de Morelos para construir el mercado de artesanías, pero fue hasta el año de 1964 cuando el Gobernador de Morelos emite un decreto para la construcción del mercado y en ese momento son reubicados de la calle de Guerrero rodeando el Jardín Juárez a la calle de Matamoros frente a lo que fue el cine Alameda, donde permanecieron varios años. Posteriormente fueron reubicados al interior y en los patios del Palacio de Cortés con la promesa de que su mercado sería construido, de ahí nuevamente fueron reubicados a la plaza sur y en 1985 los trasladaron a lo que era el estacionamiento que se encontraban en el terreno del antiguo Mercado Benito Juárez en la calle de Guerrero esquina Degollado donde estuvieron por algunos años. De ahí les permitieron instalarse sobre el puente del Mariachi, lugar en el que permanecieron hasta 1992 cuando en la administración de Don Antonio Rivapalacio se remodeló la Plaza de Armas y fueron trasladados nuevamente al lugar que ocupaban y en el que ya habían estado hasta 1985, todos estos movimientos se dieron siempre con la promesa de que se iba a construir el mercado de artesanías, promesa hasta el día de hoy incumplida.
En 1997 se realiza una propuesta al gobierno municipal para construir el mercado en lo que fuera por muchos años la Mueblería Pomponio en la calle de Hidalgo, propuesta que fue denegada. Años más tarde y derivado de los cambios en la estructura urbana de la ciudad, la inseguridad y diversos fenómenos sociales, se propone retomar la idea de albergar al mercado en el terreno que originalmente se le había asignado, es decir en el congreso del estado, sin embargo, por los motivos mencionados y por quedar fuera del corredor turístico-cultural de la ciudad, esa propuesta no fue aceptada por los artesanos. Llega el nuevo siglo y con ello la propuesta de desarrollar un proyecto de mercado subterráneo, bajo la plaza sur del Palacio de Cortés, proyecto del Arq. Raúl Sánchez Mora (mi profesor de diseño de la Facultad de Arquitectura de la UAEM), bajo los gobiernos municipal de José Raúl Hernández Ávila y estatal de Sergio Estrada Cajigal Ramírez, proyecto que según el dictamen técnico del INAH no era factible.
Funcionarios van y vienen, alcaldes, gobernadores y de buenas intenciones no avanza el tema, exhortos de legisladores, notas e investigaciones periodísticas y nada. Hace unos años se veía tan cerca de consolidar el proyecto en el lugar ideal y entonces viene la mala idea de crear el Centro Regional de Innovación y Desarrollo Artesanal, CRIDA, lo que se convertiría después en el Museo Morelense de Arte Popular, MMAPo.
La ciudad necesita un mercado de artesanías digno, como el de diversas ciudades turísticas (Morelia, Guanajuato, San Luis Potosí, San Miguel de Allende, entre otros) en el que los visitantes y turistas puedan conocer la enorme diversidad de artesanías de Morelos y de la región, donde además puedan degustar de un café mientras continúan sus compras, en el que exista la muestra artesanal más importante de Morelos, donde conjuntamente haya un espacio para la escuela de artes y oficios en la cual los artesanos puedan enseñar y compartir sus experiencias de este oficio, propuesta que ellos mismos han puesto en la mesa de negociación. Los artesanos de este mercado son gente trabajadora y honesta, que además paga sus impuestos y energía eléctrica, aparte de desarrollar en muchos casos un trabajo milenario que debe valorarse.
He recorrido muchas veces el corredor turístico-cultural de la calle de Hidalgo -la calle donde nací en 1973- la última vez acompañado de mis estudiantes de Turismo de la UAEM y solamente visualizo dos lugares para su reubicación y construcción, ambas en la calle Hidalgo, la primera es retomar la idea de adaptar la planta baja del MMAPo y conectarlo en planta alta con el estacionamiento de la calle de Galeana; la segunda es la gestión de reubicar las antenas de Telmex -que por uso de suelo y protección civil no deberían estar ahí- y solicitar la donación de ese inmueble histórico para nuestro Mercado de Artesanías, cualquiera de las dos opciones me parecen un espacio digno para nuestros artesanos y comerciantes.
Sin duda alguna a todos nos gustaría recuperar el espacio público de la plaza sur del Palacio de Cortés y regresar al “Morelotes” a su sitio original. Es responsabilidad de todos coadyuvar para para lograr una reubicación definitiva para el mercado de artesanías en la cual imperen en mayor medida los impactos positivos que los negativos, lograr acuerdos y consensos en beneficio de nuestra ciudad, la ciudad que queremos es justo el espacio en el cual deben converger todas las ideologías y los esfuerzos para garantizar la armonía de la población. Sirva esta columna para hacer un llamado respetuoso a las autoridades federales, estatales y municipales para avanzar este tema.
Así que una de las primeras acciones después de esta pandemia es visitar este mercado, hacer consumo local para decorar la casa con alguna de las hermosas artesanías que venden nuestros amigos comerciantes y con ello conocer nuestras tradiciones, usos y costumbres morelenses a través de las artesanías.
TEXTO:
Gerardo Gama Hernández
Profesor de la Escuela de Turismo de la UAEM.
FOTOGRAFÍAS:
Cassandra Lee, Iliana Salgado, Maybelline Jiménez, Maggie Vázquez, Idgie Ávila y Melina Vargas.
Alumnas de la Escuela de Turismo de la UAEM y
Archivo de Arturo Salgado Porcayo.
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