Ubicada al noreste de la ciudad de Cuernavaca, y montada en un área de 74 hectáreas, La Carolina es un referente de la historia y cultura de Morelos. Debemos recordar que allí operó por muchos años el primer rastro municipal. La matanza de reses, cerdos, pollos, chivos y borregos permitieron que gente llegada a ese lugar lograran aprender un oficio de “matanceros” que les permitió sacar adelante a sus familias.
En la Colonia Carolina se encuentran los mejores relleneros de Cuernavaca. Allí es donde se hace la mejor rellena o moronga y los mejores tacos de carnitas estilo Michoacán. Eso lo aprendieron en el rastro. Muchos hombres que trabajaron allí pusieron negocios en sus casas de venta de rellena y carne, es lo que sabían hacer. Hasta la fecha hay familias que se dedican a eso y el negocio lo traen y lo aprendieron de su abuelo.
Y qué decir del Panteón de La Leona, el más grande y antiguo de Cuernavaca. Allí reposan los restos de muchas generaciones de Cuernavaca. Familiares de ricos, pobres, famosos y no muy famosos. No existe familia en Cuernavaca que el Día de Muertos les lleve flores a este campo santo tan famoso como la ciudad misma. Tan famoso como sus historias, como la casa de los espejos. Si de los espejos, de esa tumba que mandó construir allá por el año de 1930 un señor nombrado Bob, de nacionalidad norteamericana y que sepultó a su esposa en ese lugar.
Dicen que la mujer de Bob, era una señora alta, de piel blanca, bonita de cara y mejor de cuerpo. Ella, dicen, era muy vanidosa. Con el tiempo Bob mando construir paredes y techos de cristal reflejante. Puertas de acero y toda superficie con retoques de espejos, según él, para que su mujer siguiera apreciándose su belleza.
Al paso de los años, la casa de los espejos quedó en el abandono. De Bob ya no se supo nada. Lo interesante es que con el tiempo la gente que iba el panteón se interesó por la historia y la visita a esa tumba era cada vez mayor. Pero también, con el paso de los años se supo que mucha gente que profanó la tumba desapareció. Era como una maldición violentar e invadir ese lugar santo.
Otros decían que hubo taxistas que aseguraron dejar en las puertas de Panteón a una mujer alta, de piel blanca y muy bella. Que pagaba el viaje y después –en la penumbra de la noche- se perdía su silueta precisamente en la tumba de los espejos. Allí entraba. Seguramente era la mujer de Bob… La Leona pues.
Y colindando con el panteón, está el parque de Béisbol Miguel Alemán, ese donde muchas generaciones de Cuernavacos jugaron y aprendieron ese deporte. Ese donde muchas familias de Cuernavaca disfrutaron conciertos de famosos grupos musicales como El Tri –de Alex Lora- el grupo de rock Zoé, Timbiriche, OV7, Tatiana, Odisea Burbujas, Cepillín. Y hasta funciones de Lucha Libre con una cartelera de luchadores icónicos como El Hijo del Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, El Perro Aguayo y Tinieblas.
Frente al Parque de Béisbol está la calle Libertad, esa que cada domingo se invade de gente venida –incluso- de otras colonias de Cuernavaca- Muy común verlos en short y sandalias preguntando por los precios de los pápalos, los guajes, los rábanos, pipiscas y barbas de indio. Haciendo fila para comprar, por docena, las tortillas hechas a mano. Tortillas amarillas y azules, de las que gustes.
También hay barbacoa de chivo y borrego, pancita o menudo. Tlacoyos de frijol y de habas. Gorditas o picaditas de chales, chicharrón, flor de calabaza, picadillo y rajas con papas. Encuentras también jugos de naranja y zanahoria. El famoso queso en tajada de Señor Guzmán. Y como olvidar las pollas en el mercado, frente al queso o la glorieta. Esas pollas –para muchos esquimo- con vainilla, huevos y un toque de jerez.
Quien no ha probado el pozole y las gordas de Lupita, de mucha tradición en Cuernavaca. La Carolina tiene el único baño con vapor de la ciudad y el único Centro de Desarrollo Comunitario de los barrios bravos de la ciudad, Los Chocolates, en la antigua estación.
Y en la Carolina decidieron vivir personajes del ámbito artístico: Lola Beltrán –su casa en la calle de compositores, allí murió- Lupita Dalesio que tuvo su casa en la calle alterna a Xicoténcatl cuando se casó con el futbolista Carlos Reynoso y con el tiempo vendió y mereció el título de la canción “se vende esta casa”. También vivió allí el futbolista El “Coruco” Díaz. Del ambiente político surgieron de la Carola: Víctor Manuel Saucedo Perdomo, Diputado Local y Secretario General de Gobierno; Rogelio Sánchez Gatica, ex Procurador de Estado y ex Presidente Municipal de Cuernavaca; Marco Antonio Adame Castillo, ex Gobernador de Morelos y actual Diputado Federal.
La Carolina festeja su feria el 2 de febrero Día de la Candelaria. Quema de castillos y torito, juegos mecánicos para los niños. Venta de pan y artesanías. Se pone en grande.
La Carolina, una colonia con mucha tradición y cultura.
TEXTO:
JORGE CAZALES MONTERO
PROFESOR INVITADO DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFÍAS:
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