Fue en el Jardín Borda de Cuernavaca durante la verbena popular del día de muertos de 1997 cuando los Ramírez Castañeda mostraron por vez primera sus calacas de cartón, habían sido invitados a participar en el festejo exhibiendo papel picado y chocolate tradicional a la manera en que lo elaboran en Xoxocotla (lugar de donde es originaria Miriam) y tuvieron la gran idea de que era el marco perfecto para tratar de vender las calaveras que habían comenzado a elaborar, envolviendo papel con engrudo sobre una estructura de alambre, aquellas piezas no rebasaban más de 35 cm.
El único antecedente y experiencia que tenían sobre la técnica de la cartonería había sido la elaboración de tres piezas monumentales (2 y 3 mts) que habían hecho para una exhibición con el tema de la fantasía en una galería de artistas independientes en Cuernavaca y algunos talleres de calacas y judas que habían dado para los niños del pueblo de Xoxocotla. Estas actividades las desarrollaban con un conocimiento mínimo e intuitivo de la técnica, en Morelos no había artesanos dedicados a esta área del arte popular y lo poco que podían saber al respecto fue por algunos textos y folletos que hablaban respecto a la cartonería, lo que se podía observar en algunas piezas pirotécnicas como los toritos de luces y juguetes de la abuelita como las muñecas de sololoy y tener presentes algunos conceptos sobre pintura y escultura que habían aprendido en sus respectivas profesiones y carreras; Martín como pintor y Miriam como diseñadora Gráfica.
A la gente le gustó mucho su trabajo y aunque no se vendieron todas las piezas eso les dio mucho ánimo para seguir descubriendo los alcances de la cartonería. Algunos especialistas de arte popular como Guillermo Helbling y Teresa Pomar conocieron y adquirieron sus piezas, no sin antes hacerles algunas recomendaciones para mejorar su trabajo. Así, comenzaron a participar en los concursos de arte popular Morelense en la categoría de varios porque no había una categoría de cartonería recibiendo menciones de honor, primeros y segundos lugares.
Para el año 2002 fueron considerados dentro de los 25 grandes maestros del arte popular Morelense por el Instituto de Cultura de Morelos, a partir de entonces se han dedicado de tiempo completo a la cartonería, siempre tratando de crecer técnicamente, descubriendo las posibilidades plásticas de todos los tipos de papel y cartón que han llegado a sus manos. Investigando sobre la historia de esta rama de la creación popular, sus exponentes más renombrados y la constante relación de la cartonería como expresión viva del devenir del pueblo mexicano y morelense.
Su inspiración es la imaginería popular mexicana, elaboran alebrijes, muñecas y muñecos de sololoy, personajes populares como chinelos, Zapatas y luchadores. Creaciones de la mitología popular como sirenas. Judas y diablitos que ellos llaman Remigios ya que estas basados en la tradición de los guardianes de la tierra y el agua de su región. Algunos juguetes como máscaras, cajitas, móviles y, por supuesto, calacas de todos tamaños y colores.
El oficio de la cartonería es basto, se usan piezas basadas en moldes y contra moldes, las ya mencionadas con estructura de alambre y piezas monumentales con estructura de carrizo como los judas de cuatro metros y un torito monumental que fue elaborado para el primer encuentro nacional de Cartonería y que se ha exhibido en diferentes museos del estado.
Su extraordinario trabajo se ha mostrado en diferentes espacios culturales de México y Estados Unidos, su presencia en museos como el Dolores Olmedo y Frida Kahlo de la CDMX y en el Museo de Arte Mexicano de Chicago es constante, además de exhibiciones de arte en espacios como El museo de Antropología y Arqueología de Filadelfia y el Museo del Indio Americano del Instituto Smithsoniano en Washington D.C. Han impartido talleres en infinidad de centros culturales, bibliotecas y centros de estudios superiores en Morelos, Zacatecas, San Luís Potosí, Reading en Filadelfia y San Antonio, Texas por mencionar algunos.
En 2018 se inauguró ya con la participación de su hija Regina Huitsilin, la colección de calacas costumbristas de la cultura morelense llamada “La Otra Vida en Tamoanchan” que consiste en mostrar oficios, vestuarios y actividades de la vida diaria y ceremonial del pueblo morelense. Esta muestra ha recorrido los museos del estado de Morelos, se ha presentado también en museos de San Luís Potosí y Guerrero, este año 2021 estará en Plaza Galerías de Santa Ana y en Sacramento, California.
Su trabajo diario es engrudar, moldear y pintar papel y cartón, reciclar esta materia prima y convertirla en obras de arte, en expresión popular, retratar con intensos colores la esperanza, los sueños, la tradición y la vida cotidiana de los pueblos de Morelos y de México.
Los he invitado a crear dos grandes piezas que darán la bienvenida a todos los estudiantes, profesores y visitantes del nuevo edificio 1 de la UAEM, sede que albergará a la Facultad de Arquitectura y la Escuela de Turismo de la UAEM, así que muy pronto el arte, la forma, el color pero sobre todo el corazón de Los Ramírez Castañeda estarán en el territorio Venado, así las cosas.
TEXTO:
GERARDO GAMA HERNÁNDEZ
DIRECTOR DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFÍAS:
LOS RAMÍREZ CASTAÑEDA