En el estado de Morelos existen espacios naturales de inigualable belleza y que forman parte de la identidad de los que nacimos o hemos vivido por años aquí. Además de ser sitios que nos permiten estar en contacto con la biodiversidad, también constituyen una oportunidad para el relajamiento y para bajar los niveles de estrés que el día a día nos impone.
Uno de esos sitios emblemáticos, en particular para los cuernavacenses, es el cerro de la Herradura. Dicho cerro se ubica en la colonia de Villa Santiago Tepetlapa, en el pueblo de Ahuatepec, y representa un volcán extinto y un lugar estratégico para la conservación de la biodiversidad de nuestro estado. Esto se debe a que el cerro de la Herradura forma parte del Parque Nacional el Tepozteco, que a su vez se encuentra dentro del Área de Protección de Flora y Fauna “Corredor Biológico Chichinautzin”, ambas Áreas Naturales Protegidas de carácter federal, y colinda con el Parque Estatal el Texcal, una zona que está en recuperación debido a que hace tiempo fue severamente alterada.
Heterópteros al costado del sendero.
Los pinares y encinares dominan el paisaje del cerro de la Herradura, sin embargo, al recorrer los senderos del cerro nos encontramos con una zona de transición muy marcada con la selva baja caducifolia. Este cambio en el paisaje aumenta las opciones de encontrar una mayor biodiversidad que puede ser usada como actividad turística de bajo impacto, como por ejemplo la observación y fotografía de flora y fauna.
Continuando con los senderos marcados llegamos a un par de cuevas formadas por antiguas erupciones volcánicas que todo amante de la aventura debe de explorar. Adentrarse en ellas es como transportarse a otra realidad por unos instantes, una realidad con presencia de vida adaptada a la oscuridad. Afuera, en el bosque, podemos observar un fenómeno que ocurre arriba, en la copa de los árboles, el efecto llamado timidez botánica. Este fenómeno es una adaptación de algunas plantas para evitar la competencia por la luz que consiste en que las ramas de distintos individuos de la misma especie dejan un espacio entre sí, conocido como la ranura de timidez.
Senderismo en el cerro de la Herradura.
Siguiendo el camino, llegamos a una pendiente para subir a la parte más alta del cerro, desde donde podemos apreciar la hermosa vegetación del Corredor Biológico Chichinautzin, así como una vista de nuestra capital morelense, siendo un espacio ideal para actividades como la fotografía de paisaje.
El cerro de la Herradura es, sin duda, un espacio natural de gran valor para nuestro estado y que nos obliga a generar estrategias que permitan seguir disfrutando sus atractivos. Estrategias que deben basarse en la sustentabilidad y que, por lo tanto, involucren el conocimiento de los recursos naturales que posee, el fomento a la educación ambiental y la participación de los habitantes de las comunidades cercanas.
Entradas a las cuevas.
Así, el turismo responsable se manifiesta como una vía oportuna que permita lograr la conservación de la naturaleza y resaltar el valor de los sitios naturales para fortalecer la identidad de las comunidades. Un turismo sustentable que tenga plena conciencia de que los impactos positivos siempre deberán de estar muy por encima de los impactos negativos que la presencia humana pueda generar.
TEXTO:
MTRO. OMAR PANIAGUA SOTELO.
PROFESOR DE LA ESCUELA DE TURISMO. UAEM.
FOTOGRAFÍAS:
LIC. FERNANDO RUIZ VÁZQUEZ.
PROFESOR DE LA ESCUELA DE TURISMO. UAEM.