El senderismo en una actividad turística que consiste en recorrer a pie, rutas y senderos por el campo o la montaña, pero también por sendas, caminos rurales y vías verdes. Practicarlo tiene varias ventajas para la salud, como la mejora de la salud cardiovascular; la reducción del colesterol; el incremento de la fuerza y tonificación muscular; aumento de la densidad ósea; incremento del optimismo y reducción de la depresión; mejora de la calidad del sueño y en el control del peso.
Por otra parte, el senderismo como producto turístico de naturaleza y con la realización de una buena práctica turística, se puede llegar a minimizar los impactos físicos, sociales y conductuales negativos del turismo en las áreas naturales, así como generar conciencia ambiental y respeto por la cultura local, y por supuesto, también se puede brindar beneficios financieros y experiencias positivas para las personas y las empresas rurales, siendo importante señalar que el estado de Morelos ofrece una gran variedad senderos por sus paisajes terrestres como bosques y selvas, y así mismo, de sus paisajes acuáticos como ríos, lagos y embalses.
Pero en los territorios del municipio de Ayala, específicamente, en las zonas aledañas al poblado de Anenecuilco de los Zapata, que es famoso por ser la cuna del nacimiento de Emiliano Zapata, líder del movimiento armando de “La revolución del sur” e importante héroe de la revolución mexicana, es el lugar en donde se inició la lucha por la defensa de sus recursos naturales y el derecho a las tierras y aguas. Es pues, bien reconocido como la cuna del agrarismo, ya que la ideología zapatista “Tierra y libertad” ha recorrido el mundo entero.
Por los senderos de Anenecuilco se puede disfrutar de la naturaleza y la cultura. Su patrimonio biocultural incluye un mosaico de posibilidades a disfrutar por el viajero, su pasado histórico, se remonta al periodo prehispánico y se presume que su posible fundación es de 1,000 a.C. De su patrimonio natural destaca el tipo de vegetación conocida como Selva Baja Caducifolia, que en términos generales presenta en sus cerros y alrededores, un buen estado de conservación, así mismo cuenta con un paisaje rural en donde se pueden observar diversos campos de cultivo que invitan al viajero a caminar y disfrutar entre ellos.
Entre estos paisajes destaca una ruta que permite caminar entre cerros y lomeríos, y desde esa caminata, se puede observar una impresionante panorámica del valle de Cuautla y Yautepec, así como cruzar por tres túneles que fueron creados antiguamente para el paso de carretas y caballos con el propósito de transportar cosechas y mercancías.
Entre los senderos de Anenecuilco se pueden aún observar varios de los elementos que componen su diversidad biológica como los árboles amates, burseras, acacias, ceibas, copales, ciríanes, bonetes, cazahuates, cubatas, colorines, guajes, tepehuajes, bejucos, huizaches, plantas herbáceas, cactáceas, cactus candelabriformes y hongos, así como escuchar los cantos de zenzontles, calandrias y chachalacas, detenerse a mirar con detenimiento a mariposas, escarabajos y hormigas, así como distinguir rastros de huellas y excretas de animales como coyotes, venados, zorras, cacomixtles, murciélagos, ardillas, conejos y mapaches entre otros tantos más, que inspiran para continuar caminando y continuar observando, conociendo, respetando, conservando y reconectando en las tierras del caudillo del sur.
TEXTO Y FOTOGRAFÍAS:
JUAN CARLOS SANDOVAL MANRIQUE
PROFESOR DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM