A través de cuatro siglos de la vida cultural de México que da principio con el arribo de doce frailes franciscanos bajo las órdenes de Fray Martín de Valencia, empieza la edificación de los conventos, tocando al hoy estado de Morelos los de Cuernavaca y Tlaquiltenango, pero la región es dominada espiritualmente por los dominicos que reciben este último y se establecen en Oaxtepec, Yautepec y otros sitios. Seguramente a imitación de su recia y fuerte arquitectura y también como medida preventiva contra los ataques de indios más indómitos, se construyen al igual las casas de las haciendas en formación que, como la de San José Vista Hermosa, aunada a su natural belleza, la imponente majestad de muros y bóvedas cuajados bajo el esfuerzo de hombres faltos de elementos y herramienta, pero animados de fe y de superación nunca igualada.
Don Hernán Cortés, Marqués del Valle de Oaxaca, Capitán General de la Nueva España y Mar del Sur recibe con esos títulos concedidos por Carlos V, como premio por su labor de conquista, derecho sobre 23,000 vasallos, pueblos y tierras desde Coyoacán rumbo al Sur, lo que hoy son parte de los estados de Morelos, México, Puebla y Oaxaca.
En su carácter de Marqués del Valle que su inquietud de conquistador toma otros rumbos: la explotación de la caña de azúcar, planta que desde 1493 llevó Cristóbal Colón a Nueva España. El Ingenio de Axomulco en Cuernavaca es el primero, le siguen Tlaltenango, Temixco, El Molotlán (hoy San José Vista Hermosa) a más de otros muchos organizados por las encomiendas.
Muere Cortés el 2 de diciembre de 1547 y le sucede su hijo Martín, 2o Márques del Valle que a principios de 1563 llega a Nueva España después de servir a su Rey, Felipe II y disfrutar los honores, títulos y propiedades que le deja su padre, le convierten en la más relevante figura de su tiempo, opacando al mismo Virrey de Nueva España, Don Luis de Velasco y después a Don Gastón de Peralta, Marqués de Falces.
Don Martín vive en el antiguo palacio de Moctezuma (hoy Monte de Piedad). Su poder, su lujo, sus recepciones y fausto, despiertan entre sus allegados el deseo de conspirar contra el virreinato, teniéndose secretas reuniones en propiedades y fincas de Don Martín, señalando algunos historiadores, la Hacienda de Vista Hermosa como su sitio preferido para sus planes, quizá por su lejanía de la Cd. de México.
Fallece Don Martín en Madrid, en 1589 y no sobreviviéndole su hijo Fernando hereda el mayorazgo Don Pedro, 4o Marqués del Valle.
En 1621, con motivo de posesión de tierras dadas al Pueblo de San Mateo Ixtla, el mismo Don Pedro Cortés Ramírez de Arellano, vende las tierras de lo que fue la Hacienda de Vista Hermosa a Fray Juan de Guerrero de la Orden de Calatrava. Y es así como en el periodo de 1529-1621 la Hacienda perteneció al Conquistador y su descendencia.
Separada la Hacienda del Marquesado del valle, dan principio cambios, anexándose a otra finca, o bien adquiriéndose o segregándose porciones. Así en 1643, ante el Contador Mayor del Tribunal de Cuentas de la Nueva España en Cuernavaca, Juan López Morgado "ofrece servir a su Majestad con quinientos pesos de oro, común en reales" entre otros por los terrenos que llegan a los linderos de Alpuyeca, Xoxocotla y Ahuehuetcingo. Y años más tarde, en 1692 Francisco Borxa A., denuncia en Cuernavaca, con el "Pbro. Notario del Secuestro y Srio. de Bienes confiscados del Tribunal del Santo Oficio e Inquisidor de Nueva España".. como dueño del Ingenio de Temixco y de los Terrenos de Alpuyeca, Xoxocotla y Tequesquitengo, es así como la propiedad es un anexo de dicho Ingenio.
Según nos cuenta el Pbro. Don Agapito Mateo Minos, a principios del S. XIX se estableció con el nombre de Chisco y Río Seco, una cría de ganado mayor perteneciente al Sr. Yermo, y de las haciendas San Gabriel y San José. El mismo Minos nos dice del pueblo de Tequesquitengo "desde 1820 los derrames de agua de Hacienda Vista Hermosa incrementan el nivel del lago y poco a poco invaden terrenos y chozas de los vecinos que tienen que subir a los cerros inmediatos, y en 1856 comenzó a llegar el agua al Atrio de la Iglesia, y ahora difícilmente puede verse la extremidad superior de la torrecilla en medio del agua, las chozas pobres de los pocos moradores que quedan pues han emigrado, están diseminados por las lomas. Sus imágenes almacenadas en una choza y sus campanas colgadas en un horcón de madera.
Don Carlos Vélez Gil adquiere la finca y la vende en 1899 a Don Manuel Vicente Vidal pasando a su muerte a propiedad de su esposa e hijos. Con proyectos estudiados en París, se moderniza el ingenio, es inutilizado el acueducto, son destruidas las bóvedas de cañón para dar cabida a la nueva maquinaria y sólo queda en pie el salón de mieles que requería humedad y buena temperatura (hoy Salón comedor del Hotel).
Llega el Centenario de la Independencia de México, la finca azucarera San José Vista Hermosa tiene una extensión de 18,000 hectáreas con explotación de caña de azúcar, alcohol y granos.
En ese momento que se incuba la Revolución Mexicana: al norte, Madero con la bandera política de la elección libre; al sur, Zapata con verdadera profesión de fe en el ideal de la Revolución Agraria, que se plasma en su Plan de Ayala, salvo ignorantes o analfabetas, todos comprendieron el contenido humano que, con los años fuera tomando cuerpo.
La revolución en Morelos da principio en un típico día de fiesta de "Los tres viernes" de la cuaresma de 1911, a 20 km. de la Hacienda Vista Hermosa, saliendo a la lucha 70 hombres, encaminándose a Villa de Ayala donde aún se dividen en tres fracciones; al mando: Pablo Torres, Rafael Merino y Emiliano Zapata.
Durante la lucha revolucionaria, las fuerzas federales rompen el sitio para dirigirse a Jojutla, aprovechando esto las fuerzas zapatistas ocupan las Haciendas de San José Vista Hermosa y San Nicolás Obispo. Una vez asesinado Zapata, su ideal triunfa: todo el Estado de Morelos es repartido entre los campesinos y la famosa Hacienda de San José Vista Hermosa con sus 18,000 hts. queda reducida a un montón de escombros con solo 8 hts. de protección limitadas por sus actuales bardas.
Termina la revolución, vuelve la tranquilidad y el destruido casco pasa a ser propiedad de la Sociedad de Crédito Ejidal de San José Vista Hermosa, mediante remate que hace por falta de pago de impuestos.
La hacienda continúa abandonada, Fernando A. Martínez y Fernando González Casanova la adquieren con la idea de reconstruirla. Los semiderruidos muros son reedificados cuidadosamente; se quita el escombro de los viejos jardines sembrándose nuevas plantas, se seleccionan maderas antiguas para las puertas, adquiérense azulejos de talavera hechos a mano, pinturas, arcones, sillones fraileros, objetos de arte, etc., forma un conjunto en armonía con la construcción y después de dos años de esfuerzos, abre sus puertas el Hotel que lleva del nombre de épocas pasadas: Haciendo a Vista Hermosa, que ahora es un símbolo, símbolo representativo de la destrucción de viejos valores, pero así mismo, respeto y cariño por todo lo noble y bueno que pasadas generaciones nos legarán.
TEXTO:
GUADALUPE GUTIÉRREZ RENTERÍA Y ENRIQUE ORTIZ OCAMPO.
ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM.
FOTOGRAFÍAS:
GERARDO GAMA HERNÁNDEZ.
FUENTE:
ANTIGUO TRÍPTICO DEL HOTEL HACIENDA VISTA HERMOSA, MORELOS.
ARCHIVO UAEM-AEC.