La Charrería es motivo de orgullo y tradición de la cultura mexicana. Su práctica combina la equitación con diversas formas de jaripeo, actividades ecuestres y formas tradicionales de la ganadería. En México, la Charrería es considerada como deporte nacional por excelencia desde que fue registrada en la Comisión Nacional del Deporte. Se realiza en "Lienzos Charros" que son instalaciones especialmente diseñadas para su práctica junto con un caballo y un jinete denominado “charro”.
En 1880 la Charrería profesional tuvo su origen, fue entonces cuando apareció el famoso “Charro Ponciano” cuyas hazañas reconocemos por los corridos y canciones. Su nombre fue Ponciano Díaz, originario de la Hacienda de Atenco, en el Estado de Hidalgo – la primera ganadería que se estableció en América -, dio gran impulso e incremento a la Charrería, convirtiéndola en espectáculo de valentía y pericia digna de admirar. Combinaba la Charrería con la Tauromaquia, siendo así el primero en ejecutar la suerte de banderillas a caballo, inventada por Ignacio Gadea, otro charro mexicano, que perteneció al equipo de Don Ponciano Díaz, junto con Agustín y Vicente Oropeza, Celso González, Vicente Conde y Manuel González Aragón, pioneros de la Charrería actual con quienes partió a España en 1889, a dar una exhibición de Charrería y Toros al estilo mexicano.
En 1894 se reunió en Monterrey un grupo de 12 Charros capitaneados por Vicente Oropeza que salieron por primera vez a Nueva York y recorrieron varios lugares de aquel país con grandes éxitos. A Vicente Oropeza los norteamericanos le dieron el calificativo de Campeón de Lazo en el mundo, sorprendidos de la maestría y destreza con que floreaba y lazaba.
En 1900 hubo otra expedición de charros a París, promocionando el arte de la charrería, quienes después viajaron a Europa con otros grupos de charros, los que regresaban contentos y gloriosos por la aceptación de lo que exhibían. La Charrería ha sido tema de poetas, pintores, músicos, cineastas, historiadores, artesanos y personas de reconocida cultura; todos ellos amantes de nuestras tradiciones y raíces. Por otra parte, es relacionada con la sastrería, sombrerería, platería, zapatería, fustería, talabartería, curtiduría, fabricación de sarapes, elaboración de reatas, herrajes, bordados y trabajos en pita, debido al acervo cultural que representa a los Estados Unidos Mexicanos el presidente de la república Don Manuel Ávila Camacho declaró la charrería como “Deporte Nacional” y se instituye el 14 de septiembre como “Día del Charro” y en el año 2016 se obtiene la declaratoria como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de la Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO).
Antes de declarase deporte era una actividad de campo y posteriormente se reglamentó en la ciudad, surgiendo la primera asociación en el Distrito Federal ahora Ciudad de México, con el nombre de “La Nacional” fundada el 4 de junio de 1921. La segunda asociación de la república es fundada el 29 de abril de 1923 con el nombre de “Club Nacional de Charros Potosinos”, actualmente conocida como Potosina de Charros en la capital del Estado de San Luis Potosí y el 8 de agosto de 1923 se conforma la tercera asociación de charros en Toluca nombrada Charros del estado de México.
El 16 de diciembre de 1933 se funda la Federación Nacional de Charros, con la finalidad de agrupar a todas las asociaciones de charros de la república mexicana, y de esta manera organizar competencias, que estén reglamentadas para unificar criterios en la práctica de este deporte nacional.
La práctica de la Charrería se divide en nueve suertes que son: cala de caballo, piales, colas, jineteo de toro, terna, jineteo de yegua, manganas a pie, manganas a caballo y paso de la muerte. Denominadas suertes debido a que el éxito de la ejecución dependerá en gran parte de la voluntad de la bestia con la cual se van a ejecutar, pues, aunque exista la experiencia suficiente en algunas ocasiones el animal no se presta y estas ejecuciones no se realizan con el lucimiento y éxito esperados.
En el caso del estado de Morelos se cuentan con 11 equipos de charros federados en toda la entidad, que son: Rancho el Cocono, Dorados de Oaxtepec, Capiro Oro, Ganaderos de Ocuituco, Charros de Yautepec RGM , Rancho el Capiro, Charros de Jonacatepec, Luis Campos Herrera, Camperos de Yautepec, Bosque de la Herradura, cabe mencionar que los charros no perciben sueldo, aunque tengan que recorrer grandes distancias para hacerlo, y la cooperación que el público da por presenciar una charreada, subsidia parcialmente los gastos de la misma, siendo que los gastos corren por cuenta de los integrantes del equipo o en ocasiones toda la asociación.
Cabe señalar que en la charrería también se cuenta con la participación de la mujer a quienes se le denomina escaramuzas, equipos que se conforman de ocho integrantes. Consiste en realizar una rutina que se conforma por giros, cruces y la combinación de los mismos, estos son realizados a galope y tiene una duración máxima de ocho minutos por equipo, dentro del estado de Morelos se cuenta con ocho equipos de escaramuzas federadas, tales como: Hacendadas San José, Luis Campos Herrera, Coronelas Así es mi tierra, Hacienda San Juan, Coronelas Encanto Nacional, el Dorado, Charras Hacienda la Candelaria, Nueva Realeza, Yecapitzo A.C y Espiga Dorada Miacatlán.
Cada año se ejecutan competencias entre los equipos del Estado para eliminarse y tiene derecho a competir en el Congreso Nacional de charrería el cual se llevará a cabo en San Luis Potosí, donde se eliminarán entre todos los equipos de la República. Los Congresos Nacionales de Charrería son muy solicitados por los gobiernos debido la afluencia turística que éstos generan y por la difusión que se da a una importante tradición.
Es por ello que la vestimenta es fundamental para efectuar dicho deporte y en la actualidad solo existen cinco atuendos reglamentados por la Federación: el de Faenas, Media Gala, Atuendo de Gala, Gran Gala y Etiqueta (estos dos últimos propios para usarse en ceremonias especiales o fiestas de noche).
Lo menos que debe usar quien desee o practique la Charrería, es el traje de Faena. Este consiste en un sombrero liso de fieltro o Palma, camisa estilo pachuqueño, de cuello pegado o corto, tipo militar, pantalón de corte charro, aunque sea sin adornos, botines estilo charro, corbata de moño en color serio, espuelas y chaparreras. En otros tiempos no había tantos escrúpulos en el uso del atuendo charro por qué estas actividades se desarrollaban sólo en el campo, pero ahora debe presentarse el Charro vestido lo mejor posible, o sea con la mayor propiedad, conservando así la tradición y una personalidad uniforme de categoría y buen gusto.
TEXTO:
HAIDÉ JAZMÍN DÍAZ CUEVAS
PROFESORA DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFIAS:
PASIÓN CHARRA