Yara Donaji Beltrán Palacios,
Rubén Gutiérrez Millán Y
Tiatza Ivanna Pérez H.
Estudiantes de la Escuela de Turismo UAEM
El turismo religioso es una actividad especial relacionada con la prestación de servicios y la satisfacción de las necesidades de los turistas que viajan a centros religiosos sagrados fuera de su entorno habitual.
Según el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Propin Frejomil, los lugares sagrados no sólo atraen a los creyentes, sino que también tienen un magnetismo espiritual que atrae a personas de todas las creencias y orígenes. México es el hogar de una gran cantidad de estos lugares, incluyendo la Basílica de Guadalupe, que rompe récords de visitantes cada año.
“Es una modalidad turística que no excluye, al contrario, atrae. Aparentemente su denominación emite señales de exención, el que no cree no acude, pero los lugares sagrados con magnetismo espiritual son sitios de concurrencia tanto de creyentes como de no creyentes”, expuso el investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, Enrique Propin Frejomil.
En este contexto nos situamos en esta ocasión en el municipio de Coatlán del Río, Morelos, que se convierte en un vibrante escenario de devoción y fervor durante la Semana Santa.
Esta celebración religiosa, profundamente arraigada en la comunidad, mezcla elementos cristianos con tradiciones prehispánicas, creando una experiencia única que atrae tanto a locales como a visitantes de diferentes partes del país.
UNA FIESTA DE FE Y COMUNIDAD
La Semana Santa en Coatlán del Río comienza después del séptimo domingo del Miércoles de Ceniza, con fechas que oscilan entre abril y mayo de cada año. Las festividades inician amaneciendo el miércoles de ceniza, ya que se lleva a cabo un rito en el cual se le avisa a todo el pueblo que da inicio la Semana Santa, con el sonido de las trompetas flauta y tambor, al cual se le llama “El Recuerdo”. Dentro de la iglesia, a las 12 de la noche, suenan las campanadas y empiezan a sonar las trompetas hacia los cuatro puntos cardinales.
“El recuerdo” se lleva a todos los mayordomos, los cuales recorren comunidades como Chavarría, Tilancingo, San Antonio, Cocoyotla, entre otras comunidades dentro y fuera de Coatlán. El sexto viernes después del miércoles de ceniza se hace una procesión que da inicio a la Semana Santa, ya que se hace una procesión por todas las calles del pueblo con la imagen de “Nuestra Señora de los Dolores”, en donde al finalizar con la procesión se da inicio a una misa.
El día sábado se hace una procesión para llevar la imagen de “El Divino Maestro”, donde de igual forma se lleva a cabo una misa y se vela toda la noche. Después de la misa los vecinos de la comunidad comparten aperitivos que se reparten durante toda la noche para al día siguiente emprender camino de regreso a la parroquia. Los días posteriores al domingo de ramos se toman para la elaboración de los huertos, en donde se lleva a cabo la tradicional velación de los santos, un evento nocturno donde los fieles se reúnen para sacar del templo de la Epifanía del Señor las imágenes religiosas.
Durante esta vigilia, las familias participan en un intercambio singular, regalan alimentos como muestra de devoción, consolidando el espíritu de comunidad y solidaridad que caracteriza al pueblo, hay peregrinaciones y se registra una convivencia entre propios y visitantes.
EL ARTE DE LOS HUERTOS Y LAS CORONAS
Uno de los aspectos más destacados de la Semana Santa es la elaboración de “huertos” para cada santo. Los “huertos” son estructuras construidas por los pobladores. Son originales, adornadas con palmas, mecates y la cucharilla, una planta característica de la región. Niños y familias enteras se suman al trabajo comunitario, creando coronas y ornamentos con cucharilla, manzanilla, hinojo, hoja de plátano, flores naturales y la emblemática flor de cempasúchil que producen un olor característico de las celebraciones de adviento y Semana Santa.
Los huertos no solo representan un respeto a los santos, sino también un testimonio del ingenio y la creatividad de los habitantes de Coatlán del Río, son la oportunidad también del cumplimiento de “promesas”, es decir, agradecimiento por los favores (milagros) recibidos y de igual manera en donde todos los mayordomos de las imágenes participan.
En estos espacios se colocan jaulas con pericos, palomas y canarios, frutas, flores, panes, frutas que los fieles llevan a cada huerto como símbolo de paz, espiritualidad o promesa.
UN LEGADO COMPARTIDO CON EL MUNDO
Más allá de su relevancia religiosa, la Semana Santa es un evento cultural y turístico de gran importancia para la comunidad. Las calles de Coatlán del Río se llenan de visitantes, quienes son testigos de estas expresiones de fe y tradición.
Los habitantes, con su característico calor humano, comparten con orgullo su legado, convirtiendo esta festividad en un puente entre lo espiritual y lo cultural.
La Semana Santa en Coatlán del Río no es solo una celebración, es una manifestación viva de identidad, historia y devoción, que invita a todos a ser parte de una experiencia inolvidable.
JUEVES SANTO: UNA NOCHE DE REFLEXIÓN Y DEVOCIÓN
La noche del Jueves Santo, Coatlán del Río vive uno de sus momentos más solemnes. Comienza con una reflexión en torno a la oración en la representación bíblica del Huerto de Getsemaní, donde los fieles recuerdan cómo Jesús oró antes de ser arrestado por el Ejército del Sanedrín. En este acto, los apóstoles, representados por la comunidad, se arrodillan alrededor de la imagen del Señor del Huerto mientras el sacerdote guía la meditación.
Después, los asistentes se dirigen al huerto del Divino Maestro, donde se representa el momento en que Judas traiciona a Jesús. Esta escena da paso a una procesión simbólica en la que Jesús, con los ojos vendados, es llevado a una “cárcel” en otro huerto.
Es una noche llena de emoción y reflexión, en la que la comunidad revive estos eventos con gran devoción.
VIERNES SANTO: CAMINOS DE FE
El viernes por la mañana se lleva a cabo un acto llamado "Miserere", que significa pedir perdón por las ofensas cometidas contra el señor. En este ritual, niños y niñas vestidos de blanco cargan una cruz y recorren las14 estaciones del Vía Crucis, que simbolizan el camino que Jesús recorrió antes de ser crucificado. En cada estación, la cruz se coloca en el suelo, las niñas se arrodillan y se tocan trompetas solemnes mientras el sacerdote comparte palabras de reflexión.
Más tarde, la cruz es tomada por personas que representan a los soldados romanos y la llevan a la capilla de Padre Jesús. Ahí comienza el Viacrucis, otro recorrido con 14 estaciones en el que se recuerdan los momentos más importantes del camino de Jesús hacia el Calvario.
Entre los momentos más emotivos está el encuentro entre Jesús y su madre, María, en la cuarta estación. También destacan la participación de un joven que representa a Simón Cirineo, quien ayuda a cargar la cruz, y de una niña que interpreta a Verónica, encargada de limpiar el rostro de Jesús. Las niñas que quieren ser Verónica se inscriben desde pequeñas, ya que este papel requiere gran dedicación y respeto.
Detrás de las procesiones, muchas personas caminan en silencio cumpliendo promesas personales, lo que hace de este día una expresión de fe colectiva. Cargan las imágenes, varas de espinas, recorren de rodillas el acceso al templo. Personas flagelantes cuelgan en la túnica de la imagen de Padre Jesús billetes, fotografías, trenzas de cabello, en alusión al milagro recibido.
En Coatlán del Río, la Semana Santa no es solo una tradición, sino un encuentro profundo con la fe, la cultura y la calidez de su gente. Cada detalle, desde los huertos hasta las procesiones, refleja el amor y el orgullo de una comunidad que abre sus puertas para compartir su legado.
Si buscas vivir una experiencia única llena de significado, prepara tu viaje a este municipio que se localiza a una distancia aproximada de 65 kilómetros de la ciudad de Cuernavaca, pues esta celebración es una invitación a descubrir la riqueza de las costumbres morelenses y formar parte de una tradición que trasciende el tiempo.
Agradecimiento a Marta Herrera Rojas, Mayordomo del Huerto de la imagen de “Padre Jesús”, por su colaboración en la recopilación de información.
Referencia:
México, uno de los destinos preferidos del turismo religioso
FOTOGRAFÍAS: YARA DONAJI BELTRÁN PALACIOS