En el entendido de que al CEN no le interesa Morelos, como en su momento tampoco atendió Oaxaca, Puebla y Sinaloa por la ventaja de que los medios aprecian insuperable a Enrique Peña Nieto, los priistas de Morelos no tienen más que reflejarse en el método de decisiones para “el primer piso”, con lo que se encontrarán escalones abajo. ¿Cuántas presidencias, diputaciones locales, sindicaturas y regidurías no se habrán negociado? Damos doble que los listados con anotados abundan y que los que han negociado posiciones están nerviosos. ¿Cómo cumplir en un clima crispado como evidentemente se encuentra el Proceso Morelos?

No van a acabar con este ambiente sencilla y amorosamente, sólo porque lo digan Coldwell, Gamboa o el chino Osorio Chong. Ellos manejan sus intereses sin analizar que Morelos era de los recuperables en el escenario 2012 y lo han contaminado, ya por ese desinterés, por enojo, ya porque su preocupación está en otras latitudes. Y esto lo decimos más allá de quiénes sean los candidatos a las primeras posiciones. Su actuar ha sido más que rústico, oscuro y hasta perverso. Pero la tarea sigue y si la hacen cómo van, la complicación que tienen en el caso de la gubernatura se va a multiplicar, con gente de a de veras, con los que por siempre han esperado su oportunidad y ven cerca que les sea robada. ¿Cómo lo van resolver, le preguntaríamos a Hendricks, si desconoce en lo mínimo cómo le han hecho negociaciones que implican no sólo trabajo político sino hasta venta de las mismas? ¿Quién va a creer que el moreno ex gobernador de Quintana Roo se va a asustar de lo que anotamos atrás? Lo que no vale es que lo usen como carne de cañón. Es como si un político morelense, el que quieran, llega como dirigente en las vísperas electorales a la hermosa entidad caribeña y los municipios de Playa del Carmen, Cozumel e Isla Mujeres están vendidos por los dirigentes o caciques.

Es complicado lo que viene, pero primero tiene que destrabarse el actual, el del piso superior, ya ratificando a Amado Orihuela como candidato (esto en los hechos reales de los priistas militantes, no en lo que digan dirigentes y empleados de escritorio, porque la realidad—realidad: el tema se encuentra en terreno blando y apestoso, fangoso pues) o quienes buscarán el senado o las federales. Éste es un asunto donde se establece otro punto a estudiar:

La dirigencia nacional echó a perder lo que parecía un proceso que los priistas locales podían resolver. Había mecanismos que los llevaba a una decisión poco dolorosa y menos traumática. Por ello los adjetivos de gánster a personajes como Emilio Gamboa o Miguel Ángel Osorio Chong, porque sus intereses los colocaron encima del priismo morelense. Y no dan nada gratuito, el primero sobre todo. Siempre hay ventajas que no imaginamos, de muchos millones de pesos. De ese tamaño es el aullido del yucateco.

Sí, sorprende que la otra parte del PRI que parece más sana, la de los mexiquenses, no haya hecho ni dicho nada ante tanto lodo. O Morelos fue concesionado para negociarlo al grupo donde trabaja Gamboa Patrón o están en el entendido de que Morelos no representa diferencia en el voto general del país.

No estará trabado el tema de la nominación priista al gobierno, que los llamados de unidad, de aceptación y adhesión de diputados, algunos regidores y síndicos se topan con el peso de los grupos en la disputa. Son tres, en el orden que gusten, acomódenlos: el de Maricela Sánchez Cortés, el de Amado Orihuela Trejo y el de Manuel Martínez Garrigós. No es hacer menos a nadie más, pero con estructura real para incidir en una elección son estos tres. Los demás, con el respeto a muchos de ellos, no son más que equipos de trabajo sin aterrizaje pleno en la base.

Los eventos multitudinarios tienen una función que anima pero no determina. Ya lo vimos. Lo único importante es que si en el primer piso les hizo agua la canoa –en el buen sentido--, no queremos imaginar qué pasará en el resto de los pisos de abajo, que no son pocos a propósito.