el segundo al Senado, Guillermo del Valle, y los aspirantes a legisladores federales Andrés González y Eleazib Polanco. Se queda fuera Julio Espín, pero seguirá como presidente de la Mesa Directiva del Congreso local. Es natural que no haya candidatos únicos y más lo es que los grandes nombres demuestren su interés con trabajo y equipo. Tal es el caso de Cuernavaca con Rodolfo Becerril Straffon y Laura Ocampo en el distrito cuarto. Son dos activos institucionales del PRI histórico, respetados, capaces, que deben demostrarlo internamente, primero, y luego en los comicios constitucionales.
Lo interesante es quiénes no se registraron, lo que pretenden y qué queda. Así como hay muchas posiciones, existen nombres en buen número, falta ir exactamente a donde encajan. La joya de la corona, Cuernavaca, la más disputada, no será sencilla de negociar, porque las estructuras que gracias a contar con la autoridad estos casi tres años, le permitieron al PRI consolidarse. Se mencionan nombres porque son casi legendarios, de siempre y creemos que con el perfil necesario para jugarla con posibilidades. Vemos dos potenciales y con derecho. Olvídense del orden de fuerza porque cualquiera de ellos va a necesitar negociar con los que realmente manejan la operación, priistas de la capital, por no decir claramente que es con su presidente de partido, Manuel Martínez Garrigós, y sus cercanos.
Cuernavaca, para pronto, es de las posiciones donde mejor trabajaron una estructura con altas posibilidades, no obstante lo que se decía y rugía sobre todo en los medios porque en cosas del partido, Martínez Garrigós es avezado y conoce milímetro a milímetro la tierra y nombres con apellidos de cada activo, secciones electorales, fortalezas y debilidades. Su cabeza –junto con uno de sus colaboradores-- es un computador casi exacto. Así que aquí el asunto es saber “qué potencial y armas portan los aspirantes”.
Una voz de peso en la política estatal, no damos cargo, nombre y mucho menos filiación partidista, ha sido contundente: “El que quiera Cuernavaca, por el partido que gusten, tiene que conversarlo con Martínez Garrigós”. ¿Así es? La política es negociación y Manuel, como los que lo colocaron en el sitio que está, es político y negocia. Decíamos de dos que son Samuel Palma César y Jorge Meade Ocaranza: el primero un político-técnico, cuya mayor virtud ha sido el estudio, el análisis, la prudencia y el complicado honor de ser heredero político directo del mítico Luis Donaldo Colosio. Nadie mejor que Samuel para honrar al mártir del priismo en su historia. Eso pesa por sobre cualquier actitud pasajera o reacción virulenta. Se menciona a Jorge Morales Barud, un hombre agradable, decente, pero sin grandes raíces priistas, a pesar de ser presidente de su comité municipal y del estatal. En su corta administración no fue muy agradecido con su partido que si con Jorge Carrillo Olea se encaminó a la derrota al priismo que nunca atendió, Morales Barud no hizo nada por recomponerlo. Al contrario, trató de incidir favoreciendo al que le ordenaban los que nunca dejaron de mandar en esa corta administración y eran de corte carrillista por cierto.
Su oscilación entre el priismo y el panismo lo hace bien visto por los panistas que saben que es complicado ganar Cuernavaca esta vez, aunque lo disfracen del PRI. No sería justo para priistas de siempre, de entrega y paciencia, que JMB regresara a la casa abandonada y se hiciera cargo de ella, en tanto en los rincones se amontonaron durante años con frío y necesidad cientos de sus antiguos compañeros. Algo incongruente si de realidad—realidad se habla.
Hay quienes nos reclaman que no favorezcamos con nuestros comentarios a Jorge Morales, al que le reconocemos su calidad como ser humano, padre, hermano e hijo, pero fue muy fácil de dejar su vida partidista por su pasión burocrática y eso mucho, más de los que se imaginan, no gusta. Existen panistas, perredistas y priistas con el decir y el hacer. Jorge ahí falló y tiene costos. Hoy, quizá le den algo, pero Cuernavaca es demasiado grande para sus actitudes. La reprobación no sale de un desafecto; al contrario, vivimos asuntos importantes en común, pero nunca complicidades. Y eso consta en la memoria y los archivos personales.
El otro que hace lo posible y tiene méritos es Jorge Meade Ocaranza, que meneándose entre la vieja cultura priista y adaptándose con dificultad a la dinámica de los jóvenes, ha hecho lo necesario para ser tomado en cuenta. Es un gladiador de la política y tiene como punto a favor que nunca, jamás, ha titubeado con otras fuerzas políticas. Es priista--priiista.
Hay jóvenes, existen ciudadanos con perfil. Habrá oportunidad de hablar de ello. Mientras, la vorágine se apoderó del PRI-Morelos.
1 comentario
Hey
Este es un artículo ponderado y muy bueno. Buena factura en el… Compartelo!