El estudio reveló que sólo el 37 por ciento de los hombres dijo que les benefició personalmente el hecho de que las mujeres tengan el acceso a los anticonceptivos, mientras que el 52 por ciento dijo que no, y el 9 por ciento no estaba seguro.(Es cierto que muchos de los hombres que no reconocieron su beneficio personal eran mayores de 60 años y que los que no llegaban a los 45- aunque no todos- reconocían la importancia).
Está bien, agarrémonos a las edad de los encuestados y supongamos que la mayoría de los hombres jóvenes creen en la importancia de los anticonceptivos, lo cual indica que reconocen la responsabilidad del embarazo (faltaría más, claro).
Entonces me surgen varias preguntas al respecto. La primera es: ¿cuántos de estos hombres asumen el coste de los anticonceptivos de su pareja? Es decir: ¿participan en la financiación de la píldora? La otra pregunta que me perturba bastante es: ¿conocen los efectos secundarios que pueden sufrir las mujeres al tomar la píldora? Así, a priori, parece que están bastante mal informados al respeto, al menos eso es lo que deduje cuando les había preguntado a mis cinco conocidos sobre el tema. Pero hay otra cosa que me inquieta aún más. ¿Cuántos de estos hombres aceptarían tomar la píldora anticonceptiva masculina?
Ya imaginarás la respuesta: cuatro de los cinco. Uno de ellos me ha sorprendido: no sólo sabía de qué iba el tema sino que desde siempre ha sido él que había comprado los preservativos (no me parece justo tampoco, que conste).
Pero hay algo que no ha cambiado: la información sobre la anticoncepción femenina es desarrollada y explicada por y para la mujer. Porque ella es "la responsable" de la natalidad.
Vaya.
Soy consciente de que mi pequeña encuesta no tiene ningún valor y probablemente es fruto de la casualidad, pero me pregunto a qué porcentaje de hombres le preocupa de verdad la anticoncepción.
Hay miles de marcas que comercializan el anticonceptivo femenino, a pesar de sus efectos secundarios importantes, como son: la ansiedad, el aumento de peso, las náuseas, la cefalea, la disminución de la libido y los coágulos sanguíneos. Las mujeres vemos que es algo normal, porque claro, al final el embarazo es "cosa de mujeres" , con lo cual más vale sufrir un poco ahora para no tener que “sufrir” de por vida (no me malinterpetéis: tener hijos es maravilloso, pero si alguien decide tomarse la píldora es porque no quiere tenerlos- de momento o nunca- y ambas opiniones son respetables).
Después de investigar sobre por qué el anticonceptivo masculino todavía no está a la venta, me he encontrado con el siguiente cuadro: "El comité médico encargado de supervisar el ensayo interrumpió la prueba debido a que surgieron algunos efectos adversos no graves, como acné, cambios de humor o incidencias sobre la libido –en este caso, aumento–, tal y como aseguran los autores del estudio en un artículo publicado en la revista The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolismo."
Resulta que ahora ya podríamos repartir el sufrimiento, pero no nos lo dejan. Todo porque existe el peligro de que, por una maldita píldora, los hombres se conviertan en seres susceptibles, malhumorados y erectos. Desde luego que no es algo deseable para una sociedad en la que un hombre debe estar siempre al 100%.
Hay que joderse, ¿verdad?
Es curioso, cada día hay más gente que asegura que el mundo ya es igualitario y que las feministas deberían dejar de “liarla parda” (y de paso ya podrían depilarse y maquillarse un poquito). Pues... me dan envidia y repelús, a partes iguales. Envidia, porque creen que no va con ellos, y repelús exactamente por lo mismo.
Un pequeño apunte antes de que me apedreéis: a mí no me gusta la píldora ni para el hombre, ni para la mujer. Considero que el preservativo es la mejor opción. Pero claro, “hacerlo con una goma no mola”, según muchos.
En eso andamos…
Fuente: Trendencias